junio 12, 2013
Sobre buceadores y gente disfrazada de conejos
Este fin de semana ha llegado por fin el día de lanzar nuestra expedición al Báltico. Tras meses de preparativos, todo el mundo ha podido pasarse por la oficina para repasar qué es lo que hacemos en Oceana. Sentarnos en la mesa y trabajar en el ordenador no es un objetivo de por sí, sino un medio de llegar adonde queremos. Para mí, como recién llegado, ha sido la oportunidad de conocer a la gente que simboliza los esfuerzos de Oceana de forma muy evidente: los submarinistas.
Las primeras impresiones han sido buenas. Uno de ellos, Gorka, tenía una raja en la cabeza recubierta de sangre seca. “No es nada, un pequeño accidente”, me explicó. Tipos duros.
Dentro de poco, la expedición irá avanzando por la costa occidental de Suecia hacia mi terruño, Gotemburgo y su hermoso archipiélago. Es una zona muy grande y diversa, así que espero que satisfaga a nuestros friquis marinos. Es también el sitio donde me reuniré con la expedición para pasar un par de días. Para alojarnos he encontrado un camping en la ciudad, gestionado por el mayor parque de atracciones de Europa, Liseberg. Quiere decirse que compartiremos espacio con gente disfrazada de conejos y con familias de vacaciones. Además, la mayor fiesta de Suecia tendrá lugar el viernes: la noche de San Juan. En esencia, consiste en una competición para ver quién bebe más y puede acabar de forma un tanto salvaje, especialmente en campings de todo el país. Veremos entonces lo duros que son los buceadores.