mayo 7, 2005
Pioneros en proteger a las tortugas. Sábado, 7 de Mayo de 2005
7:00 a.m. El Ranger permanece fondeado en la bahía de Saint George. Este primer día en Bermuda es oscuro, arrecian la lluvia y el viento. Nuño, Carlos y Ricardo se reúnen para analizar la situación y organizar el trabajo de los expedicionarios. El hecho de estar fondeados en vez de amarrados en el puerto también complica más de lo debido los planes, pues dependemos de las lanchas auxiliares para bajar a tierra. Lo que está claro es que, debido al mal tiempo, hoy no vamos a bucear.
10:30 a.m. Ya se han asignado las tareas que nos corresponden durante el día. Se han hecho tres grupos de trabajo. Uno, formado por Nuño, Carlos y Bibi se quedara a bordo del catamarán. Otro, con Mar, Houss, Sole, David e Indi, bajarán a Saint George para encontrar algún lugar donde poder conectar con Internet, un mercado para reponer provisiones, una lavandería y duchas (en el barco disponemos de un pequeño depósito de agua para asearnos en cubierta, siempre que el buen tiempo acompañe, pero después de cinco días de navegación, nos derretimos sólo de pensar en un buen chorro de agua calentita). El tercer grupo, del que formo parte junto con Ricardo y José Carlos, irá a Hamilton, la capital, para ver que servicios podemos encontrar allí. Pertrechados con chubasqueros, pantalones de agua y chalecos salvavidas, Bibi se encarga de llevarnos a tierra en una de las lanchas.
11:00 a.m. Esperamos con impaciencia que el tiempo mejore en los próximos días, pues hemos previsto una serie de inmersiones para documentar corales y fanerógamas, caballitos de mar y alguno de los numerosos barcos hundidos durante siglos cerca de estas costas. Como el caso del buque español de pasajeros ” Cristóbal Colón “, que se fue a pique a principios del siglo pasado. Para llevar a cabo todos estos proyectos es importante que los expedicionarios nos podamos desplazar libremente por la isla, pero pronto constatamos, con una cierta desesperación, que es imposible alquilar un coche en Bermuda. Sencillamente, las empresas de alquiler no existen. La mayoría de los bermudianos -en la isla viven unos 70.000 habitantes- se mueven en autobuses, taxis y scooters.
12:15 a.m. El autobús número 1 emplea unos tres cuartos de hora en llegar a Hamilton, una miniciudad repleta de bancos, tiendas de ropa, perfumes y artículos de marca, en plena ebullición de fin de semana. Tenemos suerte, pues a esta hora parece que empieza a despejar un poco y el sol puja por salir. Los bermudianos viven del turismo, los negocios internacionales y las finanzas. Cuentan que uno de los primeros avistamientos de la isla lo realizó el capitán español Juan de Bermúdez, en 1505. Pero sería un siglo después, a raíz del naufragio del barco inglés, el ” Sea Venture “, en 1609 cuando los ingleses empezaron la colonización de la isla.
Bermuda ha sido pionera en algunos asuntos de protección medioambiental. Posiblemente los bermudianos fueron de los primeros en proteger a las tortugas marinas, ya en el siglo XVIII. Actualmente cuentan con numerosas reservas y zonas protegidas, pero también tienen que resolver algunos problemas ambientales: ahora, por ejemplo, están impulsando la creación de granjas para recuperar almejas, crustáceos y otras especies menguadas por la sobreexplotación comercial.