octubre 25, 2016
Nuevos descubrimientos para mí
Estamos ya en la última semana de trabajo y el síndrome de la vuelta a casa se empieza a notar entre los que más tiempo llevan lejos de sus hogares.
La campaña sigue bien. Vamos encontrando especies rarísimas, de cuyo nombre no puedo acordarme, y otras más comunes, como las gambas. Es curioso verlas vivas y en su hábitat en vez de en un plato. Se mueven en grupo y a veces las vemos en procesión de un lado a otro, reunidas en torno a una roca o un neumático, como si de su templo se tratara.
Hay unos cuantas especies que encontramos a media agua y nos hacen gozar por su forma singular de moverse y su particular belleza, e incluso otra, Bonellia, creo que se llama, de la que solo ves su larga “lengua” moverse en busca de comida mientras ella permanece enterrada, todo un mundo. A parte de esto están las decenas de micro algas, corales, caracolas y demás seres del abismo, que solo los biólogos encuentran y reconocen, menudas enciclopedias del mar.
Me parece que este es mi último diario, así que por mi parte ya me despido.
Gracias por estar ahí.
Saludos.