junio 3, 2005
Luminiscencias nocturnas. Viernes, 3 de Junio de 2005
Mi primera guardia nocturna ha sido un perfecta clase práctica impartida por Bibi, joven pero altamente cualificada marinera, que con su frescura y serenidad se ha ganado instantáneamente toda mi confianza. A lo largo de las tres horas que dura la guardia, Bibi me ha enseñado a como estar vigilantes ante cualquier anomalía en el rumbo, velocidad del viento o visualización en el horizonte de algún barco. También me ha enseñado a llevar el timón controlando el rumbo de 104 grados que teníamos marcado.
Durante nuestra guardia hemos recibido la visita de unos delfines mulares, que han estado acompañándonos durante unos 15 minutos. Gracias a la bioluminiscencia del mar esta noche, se podía observar claramente la estela de luz que dejaban con su movimiento, el cual por cierto, me ha sorprendido por su velocidad y rapidez en el requiebro. Ha sido un momento verdaderamente emocionante para mí, que no lo olvidéis, vengo de un secano con sequía, y no estoy acostumbrada a estas maravillas. Escuchar a babor en la oscuridad el sonido de los golfinhos –delfín en portugués- nadando y saltando y la contemplanción de la estela luminosa que iban dejando a su paso, ha sido una experiencia maravillosa.
Las bioluminiscencias nocturas que se dan en todos los mares, estan producidas por unos protozoos llamados dinoflagelados, que forman parte de la familia del placton. Al agitarse el agua, se mueven y esto es lo que hace que se iluminen, dándole un toque mágico a las oscuras aguas durante la noche.
Ya llevo dos días de navegación a bordo del Ranger y tengo que reconocer que a pesar de venir cargada de conocidos medicamentos contra el mareo, ha sido gracias a la gotitas que me ha proporcionado Xose ( y cuyo nombre no voy a mencionar para no hacerle publicidad a nadie ) que el mareo no ha conseguido apoderarse de mí, y eso que lo ha intentado. El movimiento de un catamarán es completamente distinto al de las embarcaciones monocasco. Aunque su balanceo es mucho más suave, alguno de los tripulantes lo ha definido el movimiento de un guisante en una sartén.
En la cena han venido a visitarnos una pareja de charranes comunes ( Sterna hirundo ) y a pesar de que toda la tripulación estaba sentada alrededor de la mesa cenando unas estupendas lentejas, la mayoría han salido corriendo, cámara en mano, para retratar a las aves. Estas no se han asustado e incluso se han quedado el suficiente tiempo como para ser fotografiadas por Indi, nuestro cocinero naturalista, con habilidades extrasensoriales para espantar a los animalillos que se nos acercan. A los charranes se les conoce también cono golondrinas de mar. Son esbeltas, con alas largas y estrechas y cola ahorquillada. Nuestra proximidad al archipiélago azoreño dan explicación a esta visita, ya que son aves costeras y es difícil verlas mar a dentro.