febrero 17, 2005
Llega el Ranger. Jueves, 17 de febrero de 2005
¡Ya está aquí el Ranger! Llegó ayer. Desde entonces, todo ha sido una locura: gente corriendo como loca en busca de abastecimientos, arreglando motores, encontrando a viejos amigos… Y esta noche partimos hacia Cocos. Yo estoy más nerviosa de lo que pueda expresar por escrito.
Nosotros (Xavier, algunos miembros de la tripulación del MarViva y yo misma) salimos ayer por la mañana a buscar al Ranger en uno de los botes del MarViva. Nos levantamos a las 5:30 y a las 6:00 ya estábamos en el agua, bordeando la costa hacia el Golfo Dulce en medio de la niebla matutina. Durante unos quince minutos tuvimos la compañía de dos delfines que nos escoltaban bajo la proa.
Encontramos al Ranger casi en la boca del golfo. ¡Qué barco tan bonito! Apareció en el horizonte. Nos estuvimos pasando los prismáticos unos a otros hasta que ya no hubo duda: sus pontones blancos brillaban en el agua y el logotipo de Oceana resaltaba sobre el blanco. Toda la tripulación estaba en cubierta, sonriendo y saludando, haciendo fotos de cómo les sacábamos fotos a ellos. Cuando acercamos la lancha del MarViva junto al barco, hubo un momento de caos lleno de felicidad, de abrazos y de presentaciones.
Sabía cómo era el Ranger, había visto fotos: pero ver fotos no es nada en comparación con ver este barco en medio del mar. Es tan, tan ligero. Parece como si estuviese sobre el agua, no dentro de ella, y se desliza como un patinador sobre el hielo. Los dos pontones casi ni cortan el agua. Es tan elegante. Es genial. No sé mucho de barcos, pero estoy totalmente enamorada.
¡Y su tripulación! Es una mezcla ecléctica de profesionales: biólogos, buceadores, productores de vídeo y marineros. Son maravillosos. Llegaron a costa agotados pero entusiasmados y charlando, dándonos la bienvenida a los nuevos y con el olor característico de haber pasado semanas en el mar. La siempre generosa tripulación del MarViva puso a su disposición las duchas y la lavandería.
Todo eso fue ayer. Ahora es miércoles por la mañana. Estamos preparando el equipaje, probando los sistemas de comunicaciones, reaprovisionando el barco y preparándonos en general para el viaje de una semana a Cocos. Tardaremos en llegar dos noches y un día (unas 36 horas). Al parecer, el mar suele estar agitado. Nos acompañará uno de la flota del MarViva. Estoy segura de que nos pasaremos toda la tarde acelerados por Golfito, haciendo preparativos de última hora y saldremos a las 7 pm, en cuanto empiece a oscurecer.