septiembre 3, 2018
¡De vuelta en el báltico!
Esta es mi tercera expedición en este mar tan peculiar. Esta vez vengo como Coordinador de Logística, lo cual añade un plus de emoción e interés a estar aquí otra vez. Me encantan los países nórdicos, sus paisajes, la tranquilidad en sus calles… Pero menuda diferencia de tiempo con mi casa en Valencia (España). Ya me despido del verano, al menos lo que por allá por el sur entendemos como verano.
Hoy el equipo de operaciones y buceo hemos realizado dos inmersiones en las zonas de Vapplan y Antrevet.
Alex ha cogido los mandos de la neumática de apoyo y no ha perdido un momento de vista las burbujas de sus compañeros buzos. Es una gozada poder confiar en alguien que sabes que siempre está pendiente de ti cuando estás buceando.
Como siempre, tanto Minguell como Talledo saben sacar imágenes increíbles donde los demás solo vemos algas y rocas o arena.
Sergio en esta expedición parece un árbol de Navidad submarino con todos los enseres de ciencia que Aimi, nuestra científica a bordo, le hace llevar.
Adolfo nos hace reír un montón. Nos metemos bastante con él porque le pasan cosas graciosas; es el más joven del equipo y le toca aguantarnos, ya le llegará el turno cuando coja más experiencia. No tardará mucho.
Junto con el equipo de ciencia hemos podido trabajar con la nueva drop camera, tomando imágenes del fondo a lo largo de una malla de puntos en las mismas áreas. También hemos utilizado el CTD para conocer algunos parámetros físico-químicos del agua, y con la nueva “mini draga” hemos podido recoger muestras del substrato sin utilizar maquinaria.
En resumen, hoy ha sido un buen día. Todos a bordo nos encontramos a gusto y las risas durante la cena son la demostración de ello; hay que ver con qué tonterías podemos reír hasta no poder respirar. Todo esto es muy positivo, el ambiente de trabajo debe ser así, profesional y serio en los momentos clave y distendido y relajado cuando ha terminado la jornada.