Home / Blog / Viernes, 3 de septiembre de 2010

septiembre 3, 2010

Viernes, 3 de septiembre de 2010

BY: wrace

Topics: 

© OCEANA / Carlos Suárez

 

Oceana Latitude. La tripulación de Oceana parece haberse acostumbrado oficialmente a la vida acuática. Tras el duro día de ayer y llevar en el barco más de una semana, anoche caímos todos rendidos sobre las almohadas. Cuando nos acostamos, pensamos que ya lo habíamos visto todo.

Pero no, esta mañana nos despertamos con una nueva sorpresa: un total silencio. Sin olas, sin viento, sin nubes. La tripulación empezó hoy a trabajar bajo un cielo totalmente despejado. Es la primera vez en esta parte de la expedición que el mar es favorable.

Comenzamos a trabajar buscando otro amarre. Con las coordinadas GPS de que disponíamos en la mano, la tripulación se dirigió a cubierta. Había gente en todos los niveles del barco, y rastreamos el horizonte, y rastreamos… pero nada. Faltaba la primera boya del día. Lo mismo pasó con la segunda boya. Algunos sospechaban que alguien nos estaba jugando una mala pasada, y otros, que las arrastró algún barco, pero sólo Poseidón sabrá lo que pasó.

El Oceana Latitude siguió su viaje hacia el siguiente punto de amarre y ¡bingo! allí estaba la boya. La primera vez que se lanzó el rezón, el anzuelo no enganchó la boya, y de la que se sacaba el rezón del agua pudimos contemplar dos mahi-mahis que se acercaban al barco. Los colores de los mahi-mahis son muy brillantes y deslumbraban bajo la luz del sol. A la segunda, el rezón alcanzó la boya, se subió a bordo y comenzó el izado. De la misma manera, avistamos y recuperamos dos boyas. En la última boya, las dos horas pasaron volando, y antes de que la tripulación se diera cuenta, estábamos izando el ancla a bordo, justo en el momento en que un enorme sol se escondía bajo el mar: un increíble final para un día increíble.

Mañana intentaremos recoger los amarres más lejanos.