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noviembre 2, 2011

Un predador, carroñero y caníbal de la era glaciar

Saduria entomon, Bothnian Sea, Sweden © OCEANA / Carlos Minguell

 

El saduria entomon es un superviviente. Echa un vistazo a esta imagen… No cabe duda de que es un verdadero predador. Este crustáceo se alimenta principalmente de anfípodos como monoporeia affinis, mejillones de agua dulce, y de piojos y larvas, aunque también es carroñero y come restos de peces y otros organismos muertos en el fondo del mar. Pero además, su instinto de supervivencia lo convierte en… ¡caníbal! Gracias a Dios el individuo más grande encontrado hasta el momento “sólo” mide 8,8 cm, es decir, es el mayor crustáceo del Báltico. Este isópodo es conocido por ser un excelente nadador.
 
El saduria  entomon ocupa la mayor parte de las áreas del Báltico, además del Kattegat y el mar de Belt. Incluso encontramos individuos de esta especie a 100 metros de profundidad en el golfo de Botnia, un hecho bastante insólito, ya que no hallamos ningún otro organismo vivo en la zona por el bajísimo nivel de oxígeno. Sin embargo, parece que prefiere estas zonas más profundas y de agua fría… casi helada. Es un vestigio de la era glaciar.

Hace unos 7000 años, el saduria entomon llegó a la zona que ahora ocupa el Mar Báltico a través del hielo del océano Ártico. Cuando el hielo se retiró de la zona, este isópodo quedó atrapado en el Báltico y hoy en día es una especie endémica. Algunas poblaciones quedaron aisladas en lagos y han logrado sobrevivir en lugares como el lago Lagoda en Rusia y en otros lagos de Suecia, donde los personajes ficticios de Astrid Lindgren, como “Pipi Calzaslargas”, los capturaban en grandes cantidades. Además de en el Báltico, todavía podemos encontrar esta especie en el  Ártico y recientemente se han encontrado ejemplares en el Mar Negro.

El saduria entomon insirve como indicador del estado del ecosistema del golfo de Botnia. A pesar de que Oceana encontró individuos en aguas con niveles de oxígeno relativamente bajos, esta falta de oxígeno supone una amenaza, ya que depende de otros organismos para sobrevivir. La carga de nutrientes en el Báltico provoca una disminución en el nivel de oxígeno y, en consecuencia, una disminución de su población.

Esta especie está clasificada en la lista roja de HELCOM como vulnerable en la parte alemana del Báltico. Su situación supone un grave problema no sólo para este isópodo, sino también para el bacalao y otros peces, ya que es una importante fuente de alimento y juega un papel importante en el ecosistema.