julio 3, 2017
Un día en la costa
Aprovechando que el estado del mar sigue siendo bueno, esta mañana hemos cargado el doble de tanques de aire en las neumáticas, junto a unos cuantos sándwiches, con la intención de realizar dos inmersiones en la costa mientras el Neptune permanece en mar abierto operando con el ROV y demás cosas de colgar.
La visibilidad bajo el agua es francamente mala desde el punto de vista de un fotógrafo, aunque casi podemos decir que es buena si la comparamos con días anteriores. Aunque navegando hemos visto focas grises que nos miran con curiosidad asomando sus cabezas sobre el agua, ante los buceadores son desconfiadas y solo podemos ver alguna de refilón mientras huye de nosotros. La vida entre el bosque sumergido de macroalgas es abundante: cangrejos buey, nécoras, bogavantes, nudibranquios, anémonas y otros pequeños animales que, por fortuna, corren menos que las focas. Entre los 2 buceos estamos bajo el agua casi 4 horas, que se me pasan volando concentrado en encontrar especies de interés.
Aun así, lo que más me llama la atención está sobre el agua: miles de aves marinas en época de reproducción llenan de manchas blancas los acantilados y hay un ir y venir continuo de gaviotas, araos, alcas, frailecillos y cormoranes que aterrizan en sus nidos o se zambullen bajo el agua en busca de lanzones; un escenario único para comerse el bocadillo entre buceos mientras recuperamos algo de calor. Ya de vuelta al Neptune, paramos a fotografiar una colonia de focas que toman el sol de la tarde amontonadas sobre las rocas y ahí sí podemos fotografiarlas desde una distancia prudencial. Seguro que en mis 10 años de campañas con Oceana no ha habido un día que haya sacado tantas fotos como hoy.