julio 18, 2007
Seco de Palos
Hoy toca madrugar un poco más. Nos llevará más de tres horas llegar a nuestro destino. Nada mas salir, empezamos a ver a los arrastreros faenando. Durante bastante tiempo los encontramos por todas partes, hasta que los fondos empiezan a sobrepasar los 700-800 metros de profundidad.
La mar está bastante tranquila y apenas hay viento, condiciones estupendas para avistar tortugas. Las tres primeras aparecen frente a nosotros y sólo tenemos que desviarnos un poco para observarlas de cerca.
También son muy buenas condiciones para ver cetáceos, pero, a pesar de que tenemos una visibilidad excelente, estos parece que se resisten. Antes, ver delfines en esta zona era mucho más común que ahora.
Cuando ya nos quedan menos de 3 millas para llegar al seco avistamos un grupo de calderones (Globicephala melas). Durante un rato nos acompañamos mutuamente, hasta que ellos deciden quedarse un poco antes, en la zona de 600-700 metros de profundidad, mientras nosotros vamos hasta la parte más superficial del bajo, que está a unos 100 metros de profundidad.
Llegamos al punto elegido y ponemos el ROV en el agua. Si no estamos equivocados, vamos a ser los primeros seres humanos en ver qué se esconde aquí debajo.
El fondo es muy rocoso, con algunos bloques bastante altos. Es una zona difícil para trabajar con el robot porque, además de la accidentada topografía, en las rocas hay enredadas muchas artes de pesca perdidas.
Y ahí está, ante nosotros un espléndido jardín de gorgonias rojas (Paramuricea clavata). Entre ellas se esconden morenas (Muraena helena), congrios (Conger conger), meros (Epinephelus marginatus), peces luna (Mola mola) y nubes de tres colas (Anthias anthias).
Decidimos profundizar un poco más, y aparecen gorgonias látigo (Viminela flagellum) y un tiburón boquidulce (Heptranchias perlo) al que no parece importarle lo más mínimo que estemos en la zona. A nuestro alrededor también hay algunas brótalas de roca (Phycis phycis) y tae rocas (Acantolabrus palloni).
Según estamos todos con los ojos fijos en la pantalla que nos va mostrando lo que hay 140 metros por debajo de nosotros, los calderones vienen a hacernos una visita. El espectáculo lo tenemos ahora por todas partes.
Hoy ha sido un día muy completo. Por la noche estaremos al pairo en la zona, confiando en que mañana continúe el buen tiempo y nos permita seguir trabajando aquí. Ahora, a hacer guardias de noche mientras vemos a lo lejos a los calderones que se mantienen por los alrededores.