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noviembre 30, 2015

¿Qué puede hacer la ciencia por la pesca en el Atlántico?

*** Local Caption *** Norway lobsters (Nephrops norvegicus). Gilleleje, Denmark. Baltic Coastal Expedition. June 2013. Cigalas (Nephrops norvegicus). Gilleleje, Dinamarca. Expedición por el litoral báltico 2013. Junio 2013.

 

[Extracto de un artículo publicado originalmente en la revista Mar, “Devolver el adjetivo de ‘sostenible’ a la gestión pesquera”]

Nos hemos acostumbrado a gestionar la pesca ignorando las recomendaciones científicas relacionadas con la sostenibilidad del recurso. Así, en aguas del Atlántico, las capturas realizadas por la Unión Europea entre 1987 y 2011 han ignorado los consejos científicos en el 68% de los casos para 11 de las principales especies comerciales.

Según datos oficiales de la Comisión Europea de este mismo año, la sobrepesca afecta al 48% de los stocks atlánticos. En aguas de la Península Ibérica varios stocks de cigala continúan por debajo de los límites biológicos de seguridad, con recomendaciones de cierre de pesquerías, y el stock de sardina se encuentra en niveles mínimos históricos de abundancia, con recomendaciones de reducción de capturas para el próximo año que oscilan entre el 50% y el 94%.

Por el contrario, entre los ejemplos de recuperación encontramos los casos de la merluza norte y la anchoa del Cantábrico. En ambos ejemplos, un alineamiento de los límites de captura permitidos con las recomendaciones científicas ha propiciado que estas dos poblaciones se exploten de manera sostenible y se encuentren en máximos de abundancia.

Recuperar las poblaciones de peces por encima de unos niveles de biomasa capaces de producir el Rendimiento Máximo Sostenible (RMS) pasa por reducir la presión pesquera actual y permitir la recuperación de las poblaciones. En otras palabras, pescar menos ahora para en un futuro próximo pescar más y mejor. Este enfoque no sólo permitiría tener unas poblaciones más saludables, sino también mejorar la sostenibilidad económica y social del sector pesquero. En el caso del Atlántico, un ajuste de la mortalidad por pesca acorde a las recomendaciones científicas del RMS podría duplicar el volumen de capturas actuales.

Contar con unas poblaciones pesqueras sobrepescadas compromete la salud del medio marino y nos obliga a continuar importando alrededor del 65% de la proteína de pescado que consumimos.

La Unión Europea cuenta con el marco normativo, las herramientas de gestión y el asesoramiento científico necesarios para restaurar definitivamente los recursos pesqueros. Devolver o no el adjetivo de sostenibilidad a la gestión pesquera dependerá de la voluntad política y del diálogo constructivo entre las partes involucradas.