julio 30, 2010
Palma de Mallorca.
Nos encontramos atracados en el puerto de Palma. Desde aquí planificamos dos buceos en la isla de Dragonera, la “pega” es que se encuentra a 25 millas y realizar la travesía en nuestra dinghy de buceo sería imposible.
Después de varias gestiones Carlos Pérez aparece entre los barcos del puerto de Palma con una embarcación un tanto “atípica” para nuestras tareas de buceo… “es lo único que he encontrado chavales, al que se ría más de lo debido, lo…”
Así que cargamos nuestros equipos a bordo y ponemos proa a la isla de Dragonera a bordo de nuestro flamante barquito nuevo de color rojo “Ferrari”. Nada más embarcar empiezan las risas:
“…Será Maravilloso, viajar hasta Mallorca….”
En algo menos de dos horas, alcanzamos la isla de Dragonera y cogemos la posición para comenzar la primera inmersión en el “ Cap de Tramontana”. La pared cae verticalmente hasta más de 40 metros de profundidad. Tras echar un vistazo a la parte más profunda opto por subir unos metros y realizar la inmersión entre los 20 y 25 metros, ya que así dispongo de más tiempo de fondo para la grabación. Una inmersión “típica mediterránea”, es decir, con pocos peces, así que me centro en grabar la vida sesil en las zonas de penumbra. En estos ambientes esciáfilos es donde se concentra “la vida”: feófitas (algas pardas), rodófitas (algas rojas), esponjas y algún cnidario como la medusa Pelagia noctiluca son la especies que puedo grabar en esta primera inmersión.
Tras reponer fuerzas al abrigo de una cala en la población de San Telmo, iniciamos la segunda inmersión en la “Isla Mitjana”, un islote que surge en el canal entre las dos islas. La base es un fondo arenoso a unos 16 metros de profundidad donde predominan las fanerógamas (Posidonia oceanica). Me adentro en una grieta vertical donde se forma una cavidad que se encuentra repleta del cnidario Parazoanthus axinellae. Al acabar la inmersión, Thierry Lannois, nuestro coordinador de buceo, me señala una pequeña grieta donde puedo ver una morena (Muraena helena) y vislumbro un par de gambas limpiadoras (Lysmata seticaudata) detrás de ella. Ajusto cámara y focos y a esperar a ver si tengo la suerte de que la morena abra la boca y entren las gambas a desparasitarla ¡ja!… Casi veinte minutos de espera y no hay manera, al menos la morena me dedica unos cuantos chasquidos de mandíbula y me enseña los dientes varias veces…Quizás pueda montar un video con música de ópera y la imágenes de la morena cantando el “Nessum Dorma” de Puccini… Mañana más.