mayo 6, 2006
Navegando entre tiburones peregrinos
Hoy me han machacado una hora de sueño, menos mal, si no lo hacen me como sus higadillos en adobo. Mi guardia es de ocho a doce pero a las siete de la mañana he brincado de la cama con las legañas todavía puestas. Que tripa se les ha roto a estos “pelaos”! Bueno, ni mas ni menos que un grupo de entre tres y cinco tiburones peregrinos (Cetorhinus maximus) alimentándose tranquilamente sin la menor preocupación, pegaditos al Ranger. En diez minutos toda la tripulación estaba movilizada y los buceadores preparando sus equipos de apnea para intentar fotos y filmación. Los hemos filmado desde cubierta a placer y luego el intento de aproximación a uno de los tiburones, siete metros de animalito, en el agua. Muy emocionante.
Jorge y Houssine se han sumergido en pareja. Huss a la cámara de fotos y Jorge a la de video. El tiburón a lo suyo, comer kilos y kilos de plancton con su sistema filtrador de boca abierta como una estación de metro y las hendiduras branquiales actuando de tamiz. La batalla ha sido de maña que no de fuerza, que a esa estamos derrotados de entrada y sin remedio. Hemos aproximado el Ranger hasta unos 50 metros del tiburón mas próximo y Huss y Jorge se han deslizado nadando con calma. El poderoso animal mantenía una distancia que no permitía captarle con nitidez, creo que odia a los paparazzi, pero no sabe que los nuestros son de su bando y, como él, son de sangre fría (ver a nuestros chicos frente a la boca del tiburón, que abierta hace un metro de altura, prueba lo que digo).
Tras unos cuantos intentos de aproximación fallidos, el tiburón se ha dirigido hacia Jorge una vez más y esta vez en lugar de intentar aproximarse, Jorge ha esperado hasta el último momento y justo cuando el tiburón ha comenzado su maniobra de cambio de rumbo para mantener la distancia, Jorge ha aleteado a toda marcha para alcanzarle y ha salido bien. Se le ha acercado hasta unos tres metros y ha conseguido unos planos preciosos del animal nadando con la boca abierta. Huss estaba al otro lado del curso del tiburón y se le ha aproximado también después de que Jorge lo tuviese “capturado”. El tiburón se ha sentido cercado y con un coletazo ha reaccionado sumergiéndose entre ambos. “Adiós paparazzi, me largo lejos de vuestras cámaras”.
Hemos recuperado a nuestros buceadores y, tras la rutina normal de recogida y limpieza de equipos hemos continuado la marcha. Bien, hoy era el día de los tiburones peregrinos, habremos visto unos quince o más y hemos intentado filmarlos de nuevo pero en esta ocasión el agua estaba ya tan cargada de plancton que no había claridad mínima para grabar imagen. Esta segunda vez nuestros buceadores han vuelto sólo con las imágenes en su retina que han podido robar en vivo y en directo a una naturaleza poderosa y sorprendente.
Ah, se me olvidaba, tenemos a los tiburones contra las cuerdas y muchas de sus especies al borde de la extinción. Parece que hay que comer muchas sopitas en las bodas de algunos países asiáticos para que se vea eso de que “aquí no falta de‘na” y otros dicen que hacemos con sus aletas alguna otra cosa que tiene que ver con la tecnología pero no hay pruebas claras de momento. Yo les recomiendo que si se encuentran con otro tipo de paparazzi menos amigables que Huss y Jorge, pongan aletas en polvorosa porque a mucha gente le gustaría forrarse acabando con lo que sea y a otra mucha le parece que no le incumbe.
Hay otra solución, echarnos una mano, como sea, como se te ocurra. Vamos a impedir semejante barbaridad. Vale ya!