Muchos barcos y un delfín
Después de dormir toda la noche mientras navegábamos rumbo al sur, nos despertamos con otro amanecer increíble. ¡Creo que no me cansaría nunca de ver amanecer en el mar!
Rumbo al Mar de Alborán, vimos más buques de mercancías y pesqueros que el día anterior, lo cual nos recordó que el mar está siendo usado constantemente por muchos actores. Así que, además de estar atenta a nuestro Sistema de Identificación Automática (AIS), la tripulación está pendiente de los otros barcos para evitar colisiones, en caso de que no tengan AIS o lo lleven apagado. Oceana hizo una campaña para que la obligatoriedad de los sistemas de seguimiento de buques se ampliase a todos los barcos pesqueros, precisamente porque eso incrementa la seguridad en el mar, además de contribuir a la lucha contra la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada.
Solo vimos un delfín mular, que saltó del agua justo delante de mí, a babor del Ranger, como para enterarse de quién había ahí y qué estábamos haciendo. Pero enseguida se aburrió de nosotros: lo vimos una o dos veces más, y luego se fue nadando. Para entonces se había levantado viento y el mar estaba un poco encrespado, ¡quizás para un delfín no eran las condiciones ideales para el avistamiento de humanos!
Habíamos navegado a buena velocidad hacia Almerimar, en la costa de Almería, por lo que decidimos probar el ROV. Era la primera vez que lo usaba uno de los miembros de la tripulación, así que los demás, más experimentados, aprovecharon la calma chicha para enseñarle a sumergirlo y recuperarlo.
Ahora el Ranger pasará unos días en puerto, para hacer algunas reparaciones y recibir a bordo a otros miembros de Oceana. Yo vuelvo a Bruselas y le paso la litera a otro de nuestros activistas.