diciembre 28, 2015
Mil rayos de luz en la oscuridad
Era 2005 cuando Oceana en Europa recibió un regalo muy especial: el Oceana Ranger, un catamarán que se convertirían en nuestro barco de investigación para recoger datos de primera mano sobre el estado del mar y las criaturas que viven en él. Pero queríamos conocer en profundidad que pasaba ahí abajo, y en 2006 empezamos a trabajar con un robot submarino o vehículo operado a control remoto (ROV).
Desde entonces, hemos realizado 992 inmersiones con ROV, es decir, lo hemos usado en el 56% de los puntos documentados. Con él hemos investigado uno de los lugares más profundos del Báltico, Gotland Deep, y hemos reunido documentación que ahora nos sirve para pedir su protección. Y hace tan solo unos meses batimos nuestro propio récord en Malta, a 1.027 metros bajo la superficie.
Trabajar con ROV es técnicamente complejo y requiere mucho tiempo: llegar al fondo del mar lleva un buen rato. La recompensa es poder filmar lugares inéditos, como el escarpe de Émile Baudot en Baleares, o trabajar con la Comisión Europea y gobiernos nacionales para documentar y preservar las zonas más olvidadas y, pese a todo, valiosas. Por cierto, no te pierdas nuestras mejores imágenes del sur de la isla de El Hierro (y elige tu animal favorito aquí).
Trabajar con ROV es una de las cosas que hace única a Oceana. Echa un vistazo al visor si quieres saber dónde hemos estado investigando hasta ahora.