marzo 20, 2005
Limpieza de playas. Domingo, 20 de Marzo de 2005
No sabemos que tiempo hará; la tarde de ayer se despidió despejada pero ventosa y la noche ha sido más calmada. La mayoría de las actividades que tenemos planeadas realizar en los Cayos dependen en buena parte de la meteorología que nos acompañe.
Hoy bucearemos en Mariposales y en busca de un avión hundido en accidente, afortunadamente no hubo ningún daño personal que lamentar. Este avión puede haber sido utilizado por distintas especies como refugio.
En Mariposales por fin hemos encontrado caracolas reina ( Strombus gigas ), que han sido fuertemente sobreexplotadas y ahora están protegidas en diferentes lugares del Caribe. También vemos nuestro primer pez escorpión ( Scorpaena plumieri ), así como un hamlet de barras ( Hypoplectrus puella ), muchos fredíes de cabeza azul ( Thalassoma bifasciatum ) de todos los colores y edades, y diminutos gobios limpiadores ( Gobiosoma spp. ) encima de los corales cerebro. Y entre la arena, asoman las cabezas de algunas anguilas de jardín ( Heteroconger longissimus ).
Lamentablemente y después de estar algo más de veinte minutos intentando localizar el avión, no podemos encontrarlo. Volvemos a la base, llega la hora de comer, el resto de la tripulación que estaba en el Ranger llega a Cayo Menor. Hoy disfrutaremos todos de una comida conjunta.
Por la tarde nos preparamos para realizar una limpieza de playa, debido al frente frío y a los vientos de estos últimos días a ambos lados, en las playas de Cochino Menor se concentran grandes cantidades de plásticos, botellas, zapatos, bidones, sandalias, algunos trapos y hasta jeringuillas, alguna de ellas, increíblemente con aguja incluida. El llegar a algunas de las playas desde tierra no es fácil, así que la operación de llegada hasta allí nos lleva algo más de una hora, aprovechamos el camino para deleitarnos con el bosque que rodea los senderos. Casi al alcanzar la cima del Cayo, podemos observar a cada lado del pequeño paso que va cerrando el sotobosque, el contraste entre la zona azotada por el viento, en la que no existe nada por debajo de las copas de los árboles. Sólo la luz del sol consigue filtrarse entre el viento. La regeneración de esta parte del bosque es muy difícil debido a los pocos nutrientes que tiene el suelo y a la dureza de los vientos que les azotan. Sin embargo del otro lado del paso, donde empieza el descenso, podemos contemplar un fabuloso bosque con un frondoso sotobosque. Incluso las mismas especies de árboles crecen mucho más, sus ramas son más largas y su hoja más abundante.
Seis personas limpiando en aproximadamente 40 minutos, llenamos más de ocho sacos grandes de basura. Lamentable ¿ verdad ? EL vidrio, el hierro y otros vertidos se van al fondo por su peso, el papel poco a poco se va degradando, muchos de los contaminantes y vertidos que se arrojan al mar no son visibles, pero los plásticos y las latas de refrescos son más difíciles de esconder. Son una prueba irrefutable de la falta de consideración y de respeto que aún hoy en día existe, todavía el mar es considerado por algunos como un gran vertedero.
El impacto de la actividad humana, incluso a grandes distancias, es importante. Estas playas son utilizadas por las tortugas carey ( Eretmochelys imbricata ) para desovar. Imagínense a una tortuga intentando poner sus huevos en una playa llena de latas, plásticos y otros desperdicios.
Esta zona ha sido afectada por perturbaciones naturales como huracanes y el calentamiento superficial del mar inducido por el cambio climático global. Este fenómeno induce al blanqueamiento del coral dejándolo muerto.
Agotados regresamos con nuestras enormes bolsas de basura al campamento base, esperando que los próximos visitantes se encuentren el paraíso que realmente es Cochino Menor.