Oceana Latitude. ¡Hoy nos despertamos con el amanecer y el mar en calma! Empezamos sumergiendo en el agua la máquina CTD a las 6:00 am. En total tardamos dos horas, y luego nos dirigimos al siguiente punto de amarre para retirar las tiras.
De la que íbamos de camino recibimos la noticia de que otra plataforma petrolífera había explotado en aguas de Luisiana. Toda la tripulación nos miramos con cara de “no, otra vez no”. A medida que hemos conocido más detalles a lo largo del día, la tensión se ha disipado, como si acabáramos de esquivar una bala.
Retirar los amarres es un trabajo conjunto de los equipos Oceana y Latitude. Comienza localizando la boya. Cuando colocamos los amarres, anotamos la posición GPS de éstos, lo que nos indica una zona en la que buscar. Una vez localizada, un miembro del equipo del Oceana Latitude lanza un rezón de manera parecida a como se ve en el documental Deadliest Catch.
Cuando se ha atrapado la boya, se ata a una cuerda. La cuerda pasa por una polea suspendida y luego a través de un cabrestante. A continuación se empieza a recoger el cabo. Cada cabo mide de media unos 1600 metros, o una milla. A medida que el cabrestante va recogiendo cabo, los equipos en cubierta guían, tiran y enrollan el cabo.
Durante el proceso, dos miembros del equipo de Oceana están sujetados con arneses, esperando las tiras de muestra a un lado del barco. Cuando se divisan las tiras, una persona la coge y la mete en una bolsa, mientras que los otros retiran los ganchos de sujeción del cabo, para que no pasen por el cabrestante. Se toma nota de toda la información, y las muestras se guardan en una nevera.
Todo el proceso dura unas dos horas y media. Es un trabajo duro y agotador, pero todos han mantenido una actitud positiva y han colaborado para mejorar el sistema o allí donde hiciera falta. Mañana, el equipo de Oceana continuará con la búsqueda.