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marzo 14, 2013

Finalmente, CITES regulará el comercio de tiburones y mantas amenazados

© OCEANA

 

¡Es oficial! Cinco especies amenazadas de tiburones y dos de mantas rayas se han incorporado al Apéndice II de CITES (Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres). Después de varios días de suspense tras la aprobación inicial  de la inclusión el lunes, la sesión plenaria de la 16ª Conferencia de las Partes celebrada en Bangkok ha confirmado la protección. Como se esperaba, China y Japón trataron de reabrir el debate, pero sus intentos fueron derrotados.

Es difícil transmitir lo importante que es este resultado para la conservación de los elasmobranquios: ¡todavía no podemos creer que por fin haya ocurrido! Tras años de intensos esfuerzos por parte de los conservacionistas, CITES va a desempeñar su papel en la regulación del comercio de aletas de tiburones fuertemente amenazados, como los martillo y los cailones.

Por una parte, celebramos este gran logro. Pero por otra, no hay ningún motivo de celebración, ya que la inclusión en CITES suele ser señal de fracaso en regular la explotación de la vida silvestre. Las siete especies de elasmobranquios añadidas al Apéndice II están ahí porque han sufrido un declive significativo por causa del comercio internacional y la gestión pesquera ha sido insuficiente para asegurar su sostenibilidad.

La inclusión en CITES es solo un primer paso hacia la regulación comercial: ahora comienza la complicadísima tarea de la puesta en práctica. Los países tienen 18 meses para establecer procesos de seguimiento y cumplimiento, asegurar que pueden identificar las especies listadas en las transacciones comerciales y determinar si las exportaciones se pueden considerar perjudiciales o no y, por ende, permitirse. Como hemos visto con el pez sierra de agua dulce (Pristis microdon), que en esta reunión ha subido del Apéndice II al I (prohibición comercial), la regulación del comercio no garantiza la recuperación de la población.

Con todo,  la inclusión en CITES no exime de responsabilidad a las autoridades pesqueras nacionales e internacionales en la gestión de los elasmobranquios. En todo caso, representa un mayor estímulo para hacer seguimiento, evaluar y regular la captura de estas especies, así como las de otros muchos tiburones y rayas amenazados cuyo comercio continúa sin regularse.