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mayo 17, 2005

” Esto es un simulacro: ¡ Abandonen el barco ! “. Martes, 17 de Mayo de 2005

BY: Guayo

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En mitad de uno de mis turnos de guardia diarios, Nuño y Carlos han iniciado, por sorpresa, un simulacro de abandono del barco. Han puesto en marcha la sirena y por megafonía lo han anunciado. ” Atención, atención; este es un simulacro de abandono de barco, este es un simulacro de abandono de barco, por favor, ocupen cada uno su puesto “.

En décimas de segundo toda la tripulación se ha puesto en movimiento. Unos se encontraban durmiendo, otros en cubierta o en el messroom, pero la reacción ha sido inmediata.

Cada uno de los tripulantes tenemos un lugar y misión asignada para una situación de emergencia en la que una vía de agua o un incendio a bordo nos obligasen a abandonar el Ranger. Es imprescindible que la tripulación esté entrenada y sea capaz de reaccionar ordenadamente y sin pánico en una circunstancia como esta, que todos confiamos nunca se dé en la realidad.

Las doce personas que estamos a bordo nos distribuiríamos entre las dos balsas salvavidas de hinchado automático, pero previamente cada una de ellas se ocuparía de transportar víveres, mantas, agua, medicamentos, radios, bengalas, radiobalizas y otros medios de supervivencia que complementen las que ya están almacenadas a bordo de las balsas. El primer oficial, mientras tanto, tiene la misión de ir transmitiendo por la radio principal del barco la llamada de socorro internacional para facilitar las tareas de rescate, y de poner en marcha otros dispositivos de señalización automáticos que permitirían localizar el lugar del naufragio a los equipos de búsqueda. Uno de esos sistemas automáticos está integrado en el mismo transmisor por satélite de Remote Knowledge que permite a quienes leen estas páginas seguir el trayecto diario del Ranger.

Yo me debo encargar de colocarme el chaleco salvavidas, coger mantas y agua, dirigirme al bote salvavidas situado en popa-estribor y ponerme a las órdenes de Carlos.

Una vez finalizado hemos tenido una reunión para comentar lo sucedido y para escuchar las opiniones de cada uno al respecto. La valoración, tanto de Nuño como de Carlos ha sido positiva y salvo algunos ” puntos mejorables ” de nuestra actuación, el simulacro ha sido satisfactorio. En 7 minutos, todo el mundo estaba en sus puestos y las balsas totalmente equipadas. Los aspectos menos satisfactorios han sido los relacionados con la ropa y calzado de algunos de los tripulantes, que se ha considerado insuficiente para un abandono de buque, y que será mejorado en futuras simulaciones. De eso se trataba.

Es curioso pero a pesar de saber que se trataba de un simulacro, no he podido evitar sentir cierto nerviosismo, intentando desempeñar mi función lo más diligentemente posible y a la vez controlar mi entorno para saber en que otra cosa podía ayudar.