mayo 16, 2005
En cubierta de nuevo. Lunes, 16 de Mayo de 2005
El pasado 3 de abril, hace un mes y medio, desembarqué del Ranger en Fort Lauderdale (Florida), cuando el catamarán había finalizado la primera etapa de su viaje, en aguas del Pacífico centroamericano y el Caribe occidental. Allí se iniciaba un período de mantenimiento para preparar la embarcación para dar el salto a los mares europeos y africanos a través del Atlántico. Me reincorporé al barco hace dos días, en las Islas Bermudas, tras un viaje de once horas desde Madrid, y vía Londres, con Alicia Fraile y Guayo de Ana y después de pasar unos trámites de inmigración largos y pesados. Relevamos a Ricardo Aguilar y Paloma Larena, que han dirigido y relatado, respectivamente, los trabajos de la tripulación de Oceana durante las últimas semanas en los Cayos de Florida, las Bahamas y el sector sur del Mar de los Sargazos.
Ahora ya llevamos veinticuatro horas de navegación desde que salimos del puerto de Sant George, con un mar tendido, de largas ondulaciones, pero prácticamente en calma. La próxima tierra que veremos, si todo va bien, dentro de un par de semanas, serán las portuguesas Islas Azores. El Atlántico nos está tratando bien, de momento, aunque los más experimentados navegantes a bordo preferirían algo más de acción. Sienta bien estar en cubierta de nuevo, on the road again.
Estas horas en las que no hay mucho que hacer excepto mantener el barco en orden y navegando con seguridad, ayudar en tareas rutinarias y cumplir con el rol de cada uno a bordo le dejan a uno bastante tiempo de reflexionar sobre las cosas a las que ha dedicado el tiempo durante último periodo frenético pasado en tierra – y en el aire.
Aunque la expedición del Ranger a través de diversos mares es uno de los principales proyectos de Oceana, lo cierto es que muchas otras cosas suceden simultáneamente en otros frentes de la organización. Sin ir más lejos, desde que nuestro barco salió de Los Angeles en Enero, los compañeros que continúan trabajando desde sus despachos han conseguido que el gobierno de los Estados Unidos prohíba la pesca de arrastre de fondo en prácticamente todas las aguas que rodean Alaska, un área de los océanos de un millón de kilómetros cuadrados, comparable al tamaño de China. El gobernador de California, Arnold Schwarzenegger ha hecho lo mismo en la mayor parte de las aguas bajo su jurisdicción, y al mismo tiempo ha puesto en marcha estrictas medidas anticontaminación por parte de los grandes buques de crucero en ese estado. Los representantes demócratas, por su parte, han introducido en el Congreso una propuesta de ley que, de ser aprobada, convertiría en obligatorias para todas las compañías de cruceros las normas de tratamiento de aguas residuales en esas urbanizaciones flotantes a las que Oceana consiguió que se comprometiera una de las más importantes de ellas, Royal Caribbean.
En el otro lado del Atlántico, el Parlamento Europeo ha aprobado -casi por unanimidad- la propuesta impulsada por Oceana para que los vertidos voluntarios o negligentes de petróleo al mar sean calificadas de acto criminal y conlleven no sólo multas millonarias, sino penas de prisión para capitanes, armadores y propietarios de los barcos que las realicen. Hasta las compañías de seguros que protegen a esos barcos se verán implicadas. No hay que olvidar que esos vertidos rutinarios -que se producen en las operaciones de deslastrado y lavado de tanques y sentinas- representan tres veces más que la suma anual de todos los accidentes de petroleros como el Prestige, el Erika o el Exxon Valdez.
A otros niveles, Oceana organizaba en abril y en Madrid, junto a la Fundación Ramón Areces, el Simposio Internacional sobre Océanos, que concentró durante dos días a algunos de los mejores especialistas sobre los mares de todo el mundo, inaugurado por el ex director de la UNESCO, Federico Mayor Zaragoza, y clausurado por el Director Ejecutivo de Programa para las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), el ex ministro alemán Klaus Toepfer. Apoyando a Bettina Alonso, que organizó este evento por parte de nuestra organización, tuve que sustituir traje de agua y el chaleco salvavidas por la corbata apropiada para representar a Oceana en el Simposio.
En Madrid me entrevisté con diputados de diversos partidos para colaborar en la preparación de mociones en el Parlamento para intentar empezar a mover las posiciones del Gobierno en temas de pesca. Las numerosas iniciativas progresistas del gobierno de Zapatero en otros frentes sociales y económicos no se trasladan en absoluto a los temas pesqueros. El poderoso lobby de los armadores españoles continúa ejerciendo un control férreo sobre estos asuntos. En dictadura, en democracia, gobernando UCD, el PSOE o el PP. Así respondía, sin el menor asomo de rubor, el Director General de Recursos Pesqueros, Fernando Curzio, en el Congreso Nacional de Medio Ambiente, a la pregunta de un asistente: ” Tengo que manifestar a quien ha hecho esa pregunta que, en temas pesqueros, la política del gobierno del PSOE es la misma que la del PP “. Y se quedó tan ancho.
Estas semanas han sido intensas también en contactos con otras organizaciones y en recopilación de datos para preparar las nuevas fases de la expedición del Ranger, y en la preparación de informes de resultados y proyectos para el futuro. Pero los detalles los dejamos para otro día. Ahora hay que volver a cubierta.