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septiembre 6, 2010

El etiquetado de MSC que garantiza la sostenibilidad de la pesca sufre un gran revés

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Aquellos que intentan reducir su impacto medioambiental saben lo difícil que es saber qué marisco es sostenible. No sólo hay que tener en cuenta el estado de las poblaciones, sino también los niveles de mercurio y la huella de carbono resultante de hacer llegar el marisco hasta nuestros platos. Para muchos, la solución más fácil hasta ahora ha sido confiar en organizaciones como MSC (Marine Stewardship Council) para que les indiquen qué pueden y qué no pueden comer.

Sin embargo, en las últimas semanas, se ha puesto en cuestión el trabajo de MSC por no cumplir su propósito.

Expertos del proyecto Sea Around Us y de la Universidad de British Columbia (UBC), se han unido a varios científicos, algunos pertenecientes al Scripps Institution of Oceanografy, a la Universidad de California en San Diego, EE.UU., en un artículo publicado conjuntamente en Nature, donde critican duramente el certificado MSC.

Según Jennifer Jacquet, trabajadora posdoctoral del proyecto Sea Around Us, y principal autora del artículo:

“Se supone que el MSC es una solución, pero mucho de lo que han hecho ha favorecido más a la burocracia, dejando de lado la biología […] A menos que se realicen profundas reformas en el MSC, hay maneras mejores y más eficaces de gastar el presupuesto anual de 13 millones de dólares canadienses para ayudar a los océanos, como crear grupos de presión a favor de la eliminación de subvenciones a pesquerías perjudiciales, o establecer áreas marinas protegidas”.  

Así que ahí lo tenéis. Está bien poder identificar lo que podemos comer fijándonos tan sólo en una simple etiqueta, pero la verdad es que es mucho más complicado que eso. Es recomendable informarse, investigar, hablar con nuestros proveedores y sobre todo, ¡no comer atún rojo!

Mientras tanto, en Oceana seguiremos trabajando para influir en la políticas de la UE y en las de los gobiernos nacionales para que hagan cumplir las normativas contra el exceso de pesca, pongan fin a las subvenciones perjudiciales y creen más áreas marinas protegidas.