El objetivo de hoy era la Deepwater Horizon. Queríamos establecer un diámetro de 10 kilómetros de amarres alrededor de la plataforma. Con una profundidad media de 1.600 metros, sabíamos que hoy iba a ser un día largo.
A las 6:30 de la mañana, subimos a cubierta y pudimos presenciar un hermoso amanecer en el Golfo de México. Allí estaba la Deepwater Horizon, en medio de un paisaje de soleados cúmulos y pesados y oscuros frentes tormentosos. Se podía ver fácilmente la plataforma gracias a la pequeña ciudad que ha crecido a su alrededor. Las sombras surgían amenazadoras sobre el lugar del vertido, devolviéndonos a la realidad de cuál era el objetivo del día.
El tiempo fue una mezcla de un sol abrasador y una lluvia monzónica. Parecía que el tema del día eran los arco iris y las olas cabrillas. Empezamos muy pronto y acabamos muy tarde. Pasamos 12 horas en cubierta preparando y colocando los amarres; casi acabamos el círculo completo alrededor de la plataforma, aunque el penúltimo amarre se tuvo que retrasar debido a una terrible tormenta monzónica.
Cansados, quemados y mojados, dimos el día por concluido cuando sólo quedaba un amarre por colocar. Mañana acabaremos y nos dirigiremos al siguiente punto de descenso.