agosto 10, 2016
Día de buceo increíble, pero sin amarre…
Seguimos anclados en la zona de Egersund, en Noruega, arropados por un precioso fiordo, evitando el enfurecido estado del mar abierto. Empezamos el día con una zambullida, muy cerca de la zona donde hemos echado el ancla.
Nos dirigimos a una roca enorme que encontramos durante la inmersión de ayer. Se encontraba a 14 metros y estaba cubierta de anémonas de mar y algas de esponja tipo codium fragile. Proseguimos la inmersión siguiendo unas rocas escarpadas dispuestas a lo largo de la línea de costa. Poco después Juan Cuetos divisó un lumpo macho muy fotogénico, nada extraordinario, pero siempre es un placer verlos.
Mientras nos preparábamos para realizar una segunda inmersión después de comer, nos interrumpió bruscamente el motor principal, con los impulsores de proa y popa muy revolucionados. Al aumentar el viento en nuestro seguro refugio, el ancla empezaba a arrastrarse pero, gracias a las maniobras realizadas a tiempo en el puente, pudimos salir de la trayectoria que nos hubiera llevado a colisionar con la Isla Eiger. Tras varias miradas de alivio, echamos el ancla en un lugar más seguro y, ya tranquilizados, continuamos con los preparativos de la inmersión.
Esta vez encontramos un rape que, aunque carece de belleza, lo compensa con creces, ya que es fascinante. Pudimos apreciar su enorme boca con sus dientes siempre al descubierto, los orificios situados tras sus aletas pectorales que le dan una propulsión increíble, y una serie de aletas en el estómago que le permiten casi caminar por los fondos marinos. Sí, se trata de un pez alucinante.
Después de cenar, era hora de preparar el barco para las 120 millas que nos separaban de Dinamarca. Aunque el estado del mar se supone que debe mejorar bastante mañana, debemos estar preparados para la aventura. La previsión del tiempo indica que el viernes empeora de nuevo… así que mañana es el mejor momento para realizar la travesía hasta Dinamarca y decir adiós a Noruega. La experiencia aquí ha sido increíble pero dura. Por desgracia, el tiempo no nos ha dejado trabajar demasiado, pero las inmersiones que hemos hecho han sido muy emocionantes y, ¡hemos conseguido unos vídeos y unas fotos increíbles!