diciembre 4, 2014
Demasiado precioso para perderlo
Las conversaciones en el seno de la UE decidirán pronto el futuro del coral rojo en aguas comunitarias. En el momento actual, sería apropiado preguntarse “¿se va a garantizar el futuro del coral rojo en Europa?”.
La Comisión General de Pesca del Mediterráneo (GFCM, por sus siglas en inglés) es la organización encargada de promover la gestión racional de los recursos marinos vivos del Mediterráneo y la UE, como parte contratante, tiene que adoptar sus recomendaciones. El 3 de diciembre, la Comisión de Pesca del Parlamento Europeo (PECH) votó medidas de gestión para la conservación y gestión sostenible del coral rojo según la Recomendación de la GFCM.
Oceana está satisfecha de que se haya rechazado la enmienda planteada por el presidente, que permitía la recogida de coral rojo con vehículos operados a control remoto (ROV), lo cual está prohibido por la GFCM. Sin embargo, la propuesta del PECH ha dejado fuera algunas restricciones importantes, y otras enmiendas se han ido escogiendo de entre el reglamento de la GFCM, lo que ha dejado de lado algunos aspectos de la propuesta original.
El Corallium rubrum es una especie endémica del Mediterráneo y las costas atlánticas cercanas, de Portugal a Cabo Verde. En él se refugian muchas especies marinas, como peces, invertebrados, algas y microorganismos, manteniendo así el equilibrio natural del medio.
Debido a su valor económico, el coral rojo ha sido muy demandado desde la Antigüedad y se ha usado en joyería y ornamentación. En la actualidad, se considera uno de los animales más valiosos del Mediterráneo, pero crece despacio y sufre sobreexplotación.
El uso de métodos de recogida dañinos ha hecho disminuir especialmente las poblaciones y el tamaño de las colonias y hoy en día las colonias de coral someras son más pequeñas. Además, nuevas tecnologías de buceo permiten acceder a lugares más profundos donde vive el coral rojo que antes eran inaccesibles.
En la actualidad, solo submarinistas profesionales recogen las colonias más profundas. Por ello, la propia complejidad de la pesquería regula indirectamente la presión sobre las colonias de coral rojo de aguas profundas, contribuyendo así a conservar los stocks.
En numerosas ocasiones se ha manifestado la preocupación sobre el estado del atún rojo y recientemente se han hecho intentos para incluirlo en el Apéndice II de CITES (Convención sobre el comercio internacional de especies amenazadas de fauna y flora silvestres) para regular su comercio. Los científicos también han pedido precaución en la gestión de esta especie y los datos todavía son inadecuados para hacer una evaluación adecuada de los stocks.
El uso de ROV ha demostrado ser valioso para fines científicos, pero utilizarlos como método para recoger coral rojo es insostenible e implica un alto riesgo de dañar este frágil hábitat que podría llevarle a la extinción económica algún día.