abril 18, 2005
Del arte de navegar con el capitán Nuño. Lunes, 18 de Abril de 2005
Nuño Ramos es el capitán del Oceana ranger. Su vinculación con Oceana es el resultado de años de compromiso personal con las causas medioambientales y, más concretamente con el medio marino. Y todo, hay que decirlo, también de su amistad con Xavier Pastor. Hace unos años Nuño fue uno de sus colaboradores en la fundación de MarViva, la organización de guardaparques civiles que coopera con las autoridades de Costa Rica, Panamá, Honduras y otros gobiernos centroamericanos para proteger las aguas del corredor biológico mesoamericano.
Estamos ya prácticamente en el ecuador de la Expedición Transoceánica, que partió a mediados de Enero desde Los Angeles. La travesía del Atlántico marcará uno de los momentos clave para los espedicionários. Y Nuño, ingeniero de telecomunicacioines, madrileño, de 41 años, llevará el timón del Ranger durante el cruce del Atlántico, con rumbo al archipiélago de las Azores. En medio de una frenética actividad de la tripulación, para poner a punto el Ranger, converso un rato con él.
Pregunta – ¿ Qué te decidió a embarcarte en esta Expedición Transoceánica ?
Respuesta – No tuve que pensarlo mucho. Estaba convencido de que navegar a bordo del Ranger con el equipo de submarinistas e investigadores de Oceana era una oportunidad estupenda para trabajar en la defensa de los océanos. Y ya estamos comprobando, con satisfacción, los primeros resultados. Millones de personas en Europa, Sudamérica, Centroamérica y Estados Unidos están viendo ya las primeras filmaciones submarinas realizadas por nuestros buceadores. La de Oceana es una misión importante: mostrar a la gente el fascinante mundo marino que se esconde tras la superficie, para advertirles después que toda esa biodiversidad corre múltiples amenazas y tenemos que hacer algo para protegerla. Además de todo lo anterior, desde el punto de vista técnico, como capitán, la Expedición de Oceana me ofrece la posibilidad de hacer una travesía tan interesante como es la del Atlántico.
P – ¿ Cómo es el catamarán Ranger, desde el punto de vista de la navegación ?
R – Es un barco duro, resistente, hecho para la navegación oceánica: ten en cuenta que tiene una autonomía de hasta 1.200 millas a motor en caso de que fuera necesario. Además está muy bien equipado y diseñado especialmente para trabajar en los proyectos de conservación marina que estamos abordando. Una característica distintiva de los catamaranes es que suelen estar diseñados para aprovechar los vientos favorables. Así, cuando partamos desde Bahamas rumbo a Sargazos, tendremos calmas y después al salir de Bermuda seguiremos los vientos del Oeste y, si las condiciones son favorables, el Ranger navegará casi todo el tiempo a vela, hasta las Azores.
P – ¿ Cómo es un día cualquiera de tu trabajo como capitán ?
R – Varía mucho de si estamos en puerto o navegando. Tengo que encargarme de diseñar las rutas y elegir los rumbos a seguir, las posibles alternativas para el caso de que fuera necesario, qué tipo de velas vienen mejor en cada momento, las condiciones meteorológicas, estimar los tiempos de llegadas y salidas de puerto, ocuparme de presentar los papeles a las autoridades portuarias… La mayor parte del tiempo la paso en el puesto de mando y en la mesa de navegación, examinando las cartas náuticas y comprobando que todo está en regla.
P – ¿ De qué manera afectan las inmersiones de nuestros buceadores a los planes de navegación ?
R – El catamarán Ranger navega siempre al servicio de los proyectos científicos de Oceana, y por tanto, la travesía gira en torno a los trabajos de buceo que va diseñando el Director de Investigación. Desde el Ranger intentamos facilitar las maniobras de los submarinistas, acercándoles con el barco lo máximo posible a la zona donde se ha decidido la inmersión. Luego, hay que transportarles en la lancha auxiliar ( ” dinghy “, con la terminología que usan aquí ) Lógicamente, ello condiciona toda la navegación.
P – El primer puerto en el que recalaremos, tras abandonar Florida el próximo jueves 21, será en las Bahamas. ¿ Cuánto tiempo tardaremos en llegar y cómo prevés que sea ?
R – Aproximadamente un día de navegación. Aunque es una travesía corta, es algo complicada, pues tenemos que cruzar la Corriente del Golfo, que es muy ancha y muy fuerte, y con vientos del Norte se monta una mar muy peligrosa… Una vez en Bahamas, hay otra dificultad añadida, ya que sus aguas son poco profundas, con fondos arenosos en continuo movimiento, de ahí que no estén bien cartografiados. Por tanto, ahí no puedes fiarte ni del GPS ni de las cartas de navegación. Digamos que en esta zona es donde, como capitán, voy a tener que ejercitar el arte de la navegación en estado puro.
P – ¿ Qué sientes ante la próxima navegación por el Mar de los Sargazos y el Triángulo de las Bermudas ?
R – Tengo mucha curiosidad por ver el Mar de los Sargazos. Los barcos no se adentran en él porque no es ninguna ruta de navegación, no lleva a ninguna parte. Lo normal es que se navegue aprovechando la Corriente del Golfo, por el norte. En cuanto al Triángulo de las Bermudas, dicen que han desaparecido muchos barcos y aviones de los que nunca más se ha vuelto a saber, pero yo no me creo nada de que sea por eso que cuentan de los extraterrestres.
P – Si el Triángulo de las Bermudas no va a ser un problema ¿ qué otro desafío nos espera ?
R – En la etapa de Bermuda a las Azores es posible que veamos algún iceberg. Nos acercaremos al límite estimado de los hielos en esta época. Ahora en primavera, los icebergs bajan arrastrados por las corrientes frías del Labrador, lo cual puede suponer un riesgo añadido. Es difícil asegurarlo, pero tenemos una cierta probabilidad de ver alguno. Si eso ocurre, será fascinante.