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septiembre 15, 2007

De vuelta en Cabrera

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© OCEANA / Juan Cuetos

 

Llegamos a Cabrera el 15 por la tarde para continuar con los muestreos en la parte oriental del Parque Nacional. Cuando llevábamos diez minutos con el robot en el agua, vimos que se estaba formando una pequeña nube de condensación en la lente de la cámara, lo que nos indicaba malas noticias; estaba entrando agua. Decidimos suspender la inmersión y sacar el ROV del agua. Alguna junta tórica o alguna conexión debía estar rota.

Para no perder el tiempo, mientras revisábamos el robot realizábamos una inmersión con buceadores en el islote de Na Foradada. Encontramos pocos peces, entre ellos un grupo de Espetones (Sphyrna viridensis), y, eso si, una pared cubierta de esponjas y corales, como Leptosamnia pruvoti, Caryophyllia inormata, etc.

Los resultados del análisis de la cámara del robot nos indican que no podemos continuar y que necesitamos una nueva. Mientras la obtenemos, vamos a probar a cambiar la que utilizamos para mirar detrás y ponerla delante. No sabemos si dará resultado. Así que ponemos rumbo al puerto de Cabrera y empezamos con los cambios.

Por la noche, los buceadores, en especial Juan y Quique quieren aprovechar el tiempo, se sumergen en apnea en la zona y obtienen algunas imágenes de la vida marina por la noche. Morenas (Muraena helena), obladas (Oblada melanura), aterinas (Aterhina sp.) gobios de la anémona (Gobius bucchichi) y otros peces se dejan inmortalizar por las cámaras. Las altas temperaturas del agua han hecho que prolifere las algas unicelulares formando un mucílago que cubre gran parte de la pradera de Posidonia oceanica dándola un aspecto fantasmagórico. Cuando terminan la inmersión nocturna, las noticias de los cambios en la cámara del robot parecen buenas.

La mañana del 16 volvemos al lugar que habíamos abandonado el día antes. Ahora parece que todo va bien. El fondo es de arena fina pero sobre sustrato duro. De vez en cuando aparecen concreciones de algas rojas con numerosas esponjas. En las de mayor tamaño, encontramos brótolas de roca (Phycis phycis), salmonetes de roca (Mullus surmuletus), langostas (Palinurus elephas), tres colas (Anthias anthias), etc.

De manera salteada aparecen algunos ejemplares de laminarias (Laminaria rodriguezii) que, en algunos lugares son más numerosas. Entre medias, alguna que otra pintarroja (Scylyorhinus canícula) y alitan (Scyliorhinus stellaris), y un par de peces de San Pedro (Zedus faber).

Como nota curiosa, el hallazgo de una pequeña ánfora de pico sin asas de la que vamos a informar a los especialistas en arqueología submarina por si es de su interés.

Nos ha llamado también la atención la presencia de varias especies de coral negro y la extensa zona de maërl en la parte más septentrional. Y, como no podía ser de otra manera, las numerosas marcas de arrastre que hemos encontrado sobre este valioso ecosistema.