agosto 6, 2014
De expedición en Cabrera y las montañas submarinas de Ibiza
El pasado lunes iniciamos en el puerto de Palma una expedición de diez días de duración a distintos puntos del mar Balear, con el objetivo de documentar gráficamente y tomar muestras biológicas de las zonas que deben ser protegidas a corto plazo.
En muchos de los casos esta protección resulta inevitable, por imperativo legal. La normativa de la Unión Europea y la legislación española obliga, por ejemplo, a prohibir el arrastre en zonas de las algas calcáreas conocidas como maërl (avellanó o magrana) y de arrecifes de coralígeno. Otros hábitats sensibles submarinos, como los bosques de laminarias, están también catalogados como amenazados y deben ser protegidos. Por esta razón, Oceana trabaja en documentar las zonas en donde se encuentran estas especies para promover figuras de protección efectivas en su entorno.
Para ello, desde el lunes nos encontramos en el Fort d’en Moreu, un arrecife coralígeno situado al este de Cabrera, fuera de los límites actuales del Parque Nacional. Esta es una zona de extraordinaria importancia ecológica que está siendo agredida diariamente por una flota de arrastreros de gran potencia que ignoran la legislación que protege este hábitat.
A bordo disponemos de un robot submarino (ROV), controlado desde el laboratorio del barco, que permite visualizar con varias cámaras y grabar en alta definición los fondos marinos hasta 1000 metros de profundidad. Las imágenes que estamos obteniendo estos días permitirán añadir información para justificar la protección prevista para esta zona, que debe culminar en su incorporación a la ampliación del parque nacional que promueve Oceana.
En los próximos días nos desplazaremos a las montañas submarinas de Ibiza. Os lo contamos en el diario de a bordo.