marzo 5, 2013
CITES: poniendo orden en el comercio de rayas y tiburones amenazados
En el mundo de los tiburones, todos los ojos están puestos en Bangkok, donde desde el domingo se está celebrando uno de los encuentros sobre conservación más importantes del mundo. Los países que forman parte de CITES (Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres) se reúnen para debatir y tomar decisiones sobre la protección de especies amenazadas por el comercio internacional, lo que incluye a rayas y tiburones.
CITES puede proporcionar diversos tipos de protección a estas emblemáticas especies. Las decisiones se toman votando: hace falta una mayoría de dos tercios para añadir o eliminar especies del Apéndice I (que supone hacer seguimiento del comercio y expedir permisos de exportación y re-exportación, pero solo cuando se pueda demostrar que los ejemplares se hayan obtenido legalmente y que la exportación no perjudicará la supervivencia de la especie).
Este año, se ha propuesto la protección de once especies amenazadas de rayas y tiburones. Se propone la inclusión de diez –entre ellas, cailones, mantas y tres especies de tiburones martillo– en el Apéndice II, mientras que el pez sierra de agua dulce –que se encuentra en peligro crítico y ya está en el Apéndice II– podría recibir mayor protección bajo el Apéndice I.
En el pasado ha habido mucho debate sobre el papel de CITES en la protección de especies pesqueras comerciales. Algunos países argumentaron que su conservación debería ser exclusiva de las autoridades de gestión pesquera. Sin embargo, cuando se trata de tiburones y rayas, está claro que no funciona.
Un tercio de las especies evaluadas están consideradas amenazadas, y se siguen capturando, desembarcando y vendiendo muchas especies amenazadas, incluyendo las que ahora se debaten en CITES. Hacer seguimiento de su comercio internacional y exigir que este sea legal y sostenible es una medida obvia y complementaria de cara a su conservación.
Las reuniones de CITES siempre son políticas. En la Conferencia de las Partes de 2010, la política venció a la conservación de las especies marinas. Los gobiernos no llegaron a prohibir el comercio internacional del atún rojo atlántico ni a implementar reglamentos para el comercio internacional de siete especies de tiburón y 31 de corales rojos y rosas, todos ellos importantes para el océano y el modo de vida y las economías locales.
De hecho, algunas de las especies que ahora van a tratarse se propusieron entonces para ser incluidas en el Apéndice II: las tres de martillos, el puntas blancas oceánico y el cailón. Algo interesante del encuentro de este año es el debate sobre el papel de los votos secretos, que ha menudo se han empleado para las especies marinas. La UE ha propuesto cambios en los procedimientos de CITES para restringir el uso de los votos secretos en aras de mayor transparencia.
Esperamos que este año las partes de CITES estén dispuestas a actuar a favor de las especies marinas amenazadas y que la razón triunfe sobre la política (y los votos secretos). Os mantendremos informados.