julio 31, 2008
Castro Verde Seamount , July 31, 2008
Como el día anterior, temprano en la mañana y comenzando el día, nos cruzamos con un grupo de 9 delfines comunes (Delphinus delphis). No se acercaron al barco, así que continuamos rumbo al bajo Castro Verde.
La primera inmersión con Rov la hicimos en el cañón próximo al bajo, sobre un fondo fangoso- detrítico. Encontramos pequeños tiburones (Galeus melastomus, Scilirhinus canicula), pulpos (Eledone cirrhosa), caracolas (Buccinum undatum), congrios (Conger conger) y algunos corales pequeños. Sin embargo, no encontramos gran diversidad de especies ni elevada abundancia de organismos, así que hicimos una segunda inmersión en el bajo Castro Verde, a unas 10 millas náuticas de costa.
Llevábamos ya varios días conversando sobre el gran interés de documentar los fondos de este bajo, ya que constituye una zona tradicional pesquera en la costa cántabra. Durante las noches que hicimos puerto en Castro Urdiales, numerosos habitantes de esta localidad nos transmitieron el interés de la zona y la importancia de documentar sus fondos y conocer lo que realmente hay en la actualidad. Desgraciadamente, encontramos un fondo que ha sido claramente muy explotado, con numerosos restos de redes y sedales y donde nuevamente, nos sorprendió la escasez de peces que permanecen en el bajo. Además de esponjas como Phakellia ventilabrum, corales como Dendrophyllia cornigera, estrellas como Anseropoda placenta y rapes como Lophius piscatorius, encontramos mayoritariamente extensas zonas de coral negro. Debido al riesgo de enredo que suponen los restos de sedales y redes, sacamos el Rov del agua y nos dirigimos al lugar de la tercera inmersión del día, un bajo a unas 2.30 millas de costa al norte de Sonabia.
Esta última inmersión se realizó a menor profundidad, a unos 55 metros. En este caso, el fondo se encontraba en un mejor estado, con bastante diversidad de especies que habitan sobre un sustrato mixto, rocoso y arenoso. Varias especies de esponjas, gorgonias, corales, poliquetos, erizos, anémonas e hidrozoos tapizaban el fondo. Sin embargo, curiosamente la ausencia de peces fue una vez más, lo que marcó la inmersión.