julio 23, 2006
Burriana
Fangos y arena. Eso es lo que buscamos. Los fondos de sedimentos finos suelen ser los grandes olvidados de la conservaron marina, además de los “sacrificables” cada vez que se habla de instalar un emisario submarino, permitir métodos de pesca de fuerte impacto o cualquier actividad que se considera necesaria pero dañina. Estos “desiertos” marinos no gozan de la atención de los fondos rocosos, las paredes de gorgonias y esponjas, las praderas marinas y otros ecosistemas más agradables a la vista.
Aunque su aspecto sea menos atractivo visualmente, eso no quiere decir que no tengan importancia, y mucho menos que en ellos no exista vida. Pero esa vida suele encontrarse dentro del sustrato y no sobre él. Y sólo durante la noche muchos de sus habitantes se hacen visibles o se muestran en su máximo esplendor: Erizos, estrellas, crustáceos, moluscos, anémonas tubo, etc.
Frente a la localidad castellonense de Burriana se encuentran algunos de estos fondos. Tras hacer las primeras pruebas con la draga para muestrear la composición del lecho marino. Comenzamos con los trabajos de buceo. Vamos a realizar aquí dos inmersiones, una diurna y otra nocturna. En la de la mañana, los fondos son reacios a mostrarnos lo que esconden. Es un sedimento muy fino sobre el que viven algunas algas pero de forma muy rala. Pequeñas praderitas de dos tipos de Caulerpa, la autóctona Caulerpa prolifera, y una invasora, Caulerpa racemosa, que se introdujo en el Mediterráneo hace pocos años y ahora ya ha ocupado grandes extensiones. En cuanto a fauna, algún que otro cangrejo ermitaño (Dardanus calidus), holoturias (Holothuria tubulosa), conchas colmillo (Antalis tarentinum), berberechos (cerastoderma edule), etc..
Por la noche nos acercamos a una zona donde los fondos de fango empiezan a dar lugar a fondos detríticos con pequeños rodales de Posidonia y algunas rocas. La combinación de habitats puede darnos la oportunidad de observar especies más diversas. Y así es, con la oscuridad los fondos explotan de vida y actividad. También hay algún que otro pez adormilado, como los petos (Symphodus tinca), pero el resto parece estar de fiesta: Pulpos cazando sepiolas, anémonas tubo comiendo zooplacton, una sepia intentando atrapar a un pececito, estrellas en busca de moluscos y multitud de crustáceos, tan esquivos durante el día, pero algunos tan espectaculares como el cangrejo esponja (Dromia sp.) por llevar sobre él como su nombre indica, una esponja; o las gambas abejorro (Gnathophyllum elegans) con su cuerpo regordete y marrón se encuentra punteado de color amarillo El “desierto” esta abarrotado de vida.
En superficie cogemos algunas muestras de agua para ver con detalle las diminutas especies del zooplancton que se han arremolinado alrededor del barco por nuestros focos. Está principalmente formada por gusanos, larvas de peces y cangrejos, pero también nos aparece un caballito de mar de apenas un centímetro que rápidamente es devuelto al mar.