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agosto 15, 2010

Buceando en Saint Petersburg

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© OCEANA / Eduardo Sorensen

 

Llegamos a las cuatro de mañana al fondeadero de Tampa-Saint Petersburg, ya bastante al norte de la parte occidental de la costa de Florida que se baña en las aguas del Golfo. Hoy es el día en que varios de los compañeros que han estado con nosotros durante este periodo inicial de la expedición han tenido que dejar el Latitude. Este es el caso de de Audrey Matura-Shepherd, la responsable de Oceana en Belice, del informático David Bahm, que nos ha ayudado a poner en marcha algunos de los sofisticados sistemas electrónicos y de comunicación del barco, y de Almudena Fernández, la top model española con base en Nueva York que apoya las campañas de Oceana y del Climate Project.

Pero antes de que marchen, todavía nos da tiempo de llevar a cabo una nueva inmersión. Esta vez en aguas muy someras, a menos de 5 metros de profundidad, en la costa del islote de Eggmont Key, una reserva natural que además alberga los restos semi sumergidos de un fuerte utilizado durante la guerra entre España y Estados Unidos, a finales del siglo XIX. De nuevo aguas muy turbias y colmatadas de sedimentos, pero de nuevo los buceadores Kike Talledo y Eduardo Sorensen han conseguido espectaculares imágenes de la vida marina que se encuentra en esa zona, en particular peces, corales y crustáceos.

A la vuelta de la inmersión hemos comido, e inmediatamente después hemos organizado el transporte de quienes dejaban el barco, en una de las lanchas, hasta la marina de Saint Petersbourg. Es un trayecto de una hora en cada sentido, y hemos aprovechado el viaje para reabastecer el barco de fruta fresca y otros productos.

Mientras tanto, Matthias Gorny, el científico alemán basado en la oficina de Oceana en Chile continúa lidiando con el problema que le plantea un circuito integrado de una de las placas de su ROV, el robot submarino que nos permite filmar y tomar fotografías de los ecosistemas a profundidades mucho mayores de las que pueden alcanzar nuestros buceadores. Necesitamos reponer esa placa pronto, y que nos sea remitida al próximo puerto.

A las 8 de la tarde hemos levantado anclas de nuevo, esta vez rumbo a los Florida Middle Grounds, una zona en el extremo noroccidental de la península de Florida que contiene corales y fanerógamas marinas que resultarían muy vulnerables a la presencia del petróleo.

El tiempo que nos ha acompañado hasta el momento ha sido extraordinario. Un mar prácticamente en calma y un sol que hace muy difícil el trabajo en cubierta. Sin embargo, el parte meteorológico para esta noche anuncia marejadilla, por lo que antes de retirarnos a nuestros camarotes a descansar debemos asegurarnos de dejar todos los equipos bien trincados.