septiembre 13, 2010
Bombas de relojería submarinas: bombas y municiones de la 2º Guerra Mundial permanecen inactivas en el fondo del mar
La semana pasada, nuestro Director Ejecutivo colgó en Twitter un artículo (Why wartime wrecks are slicking time bombs) que resaltaba el impacto de la 2ª Guerra Mundial en el mar. Según el estudio de Trevor Gilbert y Dagmar Etkin, en las plataformas continentales se encuentran entre 2.5 y 20 millones de toneladas de petróleo almacenados en miles de barcos hundidos, que podrían provocar otra catástrofe medioambiental.
Este tipo de cuestiones hace que nos preguntemos qué otras cosas hemos olvidado y qué impacto tendrán en el ya de por si precario estado del mar, ¿no?
Durante el verano, varios periódicos franceses, como Le Marin y Ouest France, publicaron varias informaciones, según las cuales, al final de la 2ª Guerra Mundial los Estados europeos lanzaron al mar cientos de miles de bombas, minas y municiones. Aunque se conoce el lugar exacto y el cargamento de algunos (por ejemplo, hay 35.000 toneladas de municiones a menos de un kilómetro de distancia de una playa muy frecuentada en Zeebrugge, Bélgica), en la mayoría de los casos tan sólo contamos con vagas referencias: en algún lugar del Canal de la Mancha, en el Mar Cantábrico, en el Mar Báltico o en el Mar de Irlanda. En algunos casos, ni siquiera sabemos qué hay bajo el mar y muchos puntos figuran como “desconocido”.
Hasta la fecha no se ha realizado ningún estudio exhaustivo sobre el impacto de los productos químicos de estas armas (gas mostaza, mercurio, plomo, fósforo, nitrato o arsénico entre otros) en la vida marina. Pero muchos ya anuncian que se podrían convertir en un importante problema ecológico en las próximas décadas.
Si queréis saber más sobre este tema, hay un artículo interesante de hace unos años en “Rusting Timebomb in the Baltic”.
Podéis encontrar a nuestro Director Ejecutivo en Twitter aquí y si queréis ver otras noticias interesantes, podéis seguir a Oceana_Europa aquí.