julio 6, 2007
Arrastreros
De madrugada llegamos a la costa frente a Gandía y lo primero que encontramos es un grupo de arrastreros faenando en la zona. Según vamos hacia el sur, más arrastreros. Algunos de ellos están faenando dentro de la zona prohibida de menos de 50 metros, otros justo en el borde, y unos pocos más a más profundidad.
Bandadas de pardelas y gaviotas los siguen para aprovecharse de los descartes.
Empezamos a trabajar con el ROV para conocer el fondo y ver si encontramos las marcas que van dejando los arrastreros. Es una zona fangosa con pocas especies en superficie ya que la mayoría vive dentro del sustrato, salvo algún lenguado (parecen Arnoglossus sp.) que salen disparados cuando ven las luces del ROV y multitud de pequeñas larvas de peces que se colocan delante del objetivo de la cámara y que parecen un ejercito de ojos con cuerpos traslucidos.
En los agujeros que cubren gran parte de los fondos que recorremos van escondiéndose cangrejos de fango (Goneplax rhomboides) y pequeños gobios.
Las marcas de arrastre son constantes y muy marcadas, ya que el sustrato es muy blando. Las encontramos hasta los 33 metros de profundidad, y aunque es posible que las haya a menos profundidad no hemos ido más allá con el robot. El agua está muy turbia y es difícil ver el fondo, en especial ahora que acaban de pasar los arrastreros.
Por la tarde realizamos una inmersión con buceadores en la Isla del descubridor. En esta zona hay un bonito trottoir que se extiende por la cala contigua. Las especies que encontramos son las típicas de zonas rocosas, como morenas (Muraena helena) y congrios (Conger conger), además de las de praderas de Posidonia oceanica, ya que en la parte baja se encuentra esta fanerógama. La turbidez del agua también llega hasta aquí.
Antes de que anochezca decidimos ir a puerto. Hemos tenido algunos problemas con el motor de la lancha neumática y con el fondeo, así que pasaremos el día de mañana atracados para ver si podemos solucionarlos.