julio 2, 2006
Aguas de Cerdeña
Las aguas de Cerdeña nos revelan un poco más de sus maravillas.
Hoy, salimos temprano del puerto de Cagliari, rumbo al Sureste, en busca de un bajo que nos llamo la atención por su posición aislada y situación dentro de una zona protegida, el bajo de Secca di Calerina.
Son tres horas de navegación para llegar al punto de inmersión, que aprovechamos para alistar equipo y rellenar las botellas con el compresor portátil que esta haciendo maravillas. La tarea de rellenar las botellas es muy importante y el cuidado del compresor vital porque las inmersiones dependen de su buen funcionamiento, así que lo consideramos casi como el quinto miembro del equipo de buceo.
Un poco más de dos horas bastan para rellenar las cinco botellas de aire comprimido que usaremos durante el buceo.
Llegando a la zona del bajo de Secca di Cateralina, nos apoyamos en la información proporcionada por el Olex, el sonar que nos permite dibujar los contornos del fondo marino y tener una visión tridimensional del arrecife que pretendemos explorar. El Olex nos da una vista preliminar del lugar, y nos ayuda en la planificación del buceo.
Hoy, Miguel Bosé forma parte del equipo de buceo, y escucha cuidadosamente las últimas recomendaciones antes de entrar al agua. Miguel tiene un entusiasmo contagioso para el buceo, y está muy emocionado por acompañarnos en esta inmersión. Ya nos demostró en pasados buceos sus cualidades como buzo responsable y esta vez, las condiciones son ideales para la práctica del buceo.
En este tipo de inmersión, planificamos un buceo multinivel, una técnica que consiste en llegar a la zona más profunda primero e ir subiendo poco a poco haciendo paradas a varias profundidades. Se requiere de una rigurosa planificación para poder intentar este tipo de buceo, respetando los tiempos de descompresión de cada profundidad alcanzada.
Hoy, bajamos a 27 metros, en la pared Oeste de esta pequeña montaña submarina, y subimos por el otro lado. A pesar de lo que se imagina, no presenta necesariamente más interés bucear en lo más profundo, al contrario, lo más superficial a veces revela más formas de vida.
A unos 20 metros de profundidad, nos sorprendió el termoclina, la capa de agua fría que el sol no alcanza a calentar. El fondo de esta montaña no presentaba mucho interés, así que adelantamos el ascenso hacia la zona de los 15 metros, y un regreso a aguas un poco más cálidas…. Allí descubrimos una impresionante colonia de corales incrustantes, los Parazoanthus que cubren las paredes de las montañas con sus llamativos amarillos.
Mientras Miguel localiza una morena, acercamos las cámaras para retratar este animal común en las aguas del Mar Mediterráneo. En cada una de las grietas que miramos, los blenios vigilan su reducido territorio, y encontramos varios meros tipo serranos y labridos.
Llegando a la parte menos profunda, encontramos una nube impresionante de anchoas, y no lejos unos meros cazándolas. Ese fue el espectáculo que miramos durante la última parada de descompresión, a unos cinco metros de profundidad.
El azul intenso de las aguas de Cerdeña nos obsequió otra vez con unas visiones espléndidas del Mar Mediterráneo y nos motiva aún más para dedicarnos a su conservación.
Hasta pronto, en otras notas azules del Mediterráneo.