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mayo 1, 2005

” ¡ Adiós Bahamas ! “, el Ranger larga amarras. Domingo, 1 de Mayo de 2005

BY: Paloma Larena

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Carlos Pérez

Durante los siete días que hemos permanecido en Green Turtle Cay, en la Isla de Abaco ( Bahamas ), el objetivo principal de Carlos, Nuño, Bibi, David y José Carlos era seguir poniendo a punto el catamarán. ” Muchos de los trabajos que continuamente realizamos a bordo son para mejorar los sistemas, tanto cuando estamos amarrados en puerto, como navegando “, dice el primer oficial, Carlos Pérez. Así, han diseñado todo un sistema ” para poder operar con la botavara de la mesana como si fuera una grúa y cobrar a bordo las lanchas auxiliares “, me explica. ” Esto nos dará mayor control de las lanchas cuando haya un poco más de mar, además de poder maniobrar con menos personal “. También han realizado rutinarios cambios de aceite de los motores, puesto unas fundas especiales en el puente de mando para guardar los prismáticos y las linternas, terminado de limpiar el casco -” porque la ‘ barba ‘ del barco crece muy rápidamente “- e instalado la base sobre la que descansan las neumáticas. ¡ Ah, y también hemos cambiado los aros salvavidas a otra posición más lógica !.

Carlos Pérez

Antes de la partida, prevista para las 12:00 a.m., el primer oficial ha reunido en cubierta a la tripulación para darnos una charla sobre seguridad a bordo y para que seamos conscientes de que todos debemos conocer nuestro papel individual a bordo, ya seas biólogo, filmador de video, fotógrafo, cocinero, periodista o marinero… ” Cualquier persona que viaje en barcos de Oceana debe conocer y aprender unas ciertas normas de seguridad “. Carlos nos advierte de que durante la travesía realizaremos, sin previo aviso, simulacros para poner en práctica estos conocimientos.

Mientras atendemos a sus explicaciones, se levanta una brisa que poco a poco va a mayores, hasta convertirse en fuerte viento. Prosigue la charla. Antes de zarpar hay que dejar todo ” a son de mar “, es decir, listo para navegar: desde las velas hasta el orden en los camarotes, para evitar deslizamientos de objetos que puedan causar accidentes, en caso de mala mar. Las escotillas de los camarotes irán siempre cerradas, para evitar el riesgo de que alguien tropiece y caiga por la noche. También los portillos de los costados, ” para evitar que una ola inoportuna nos deje la cama como una piscina y nadie los podrá abrir sin preguntar antes, pero generalmente la respuesta será ‘ no ’ “, avisa Carlos. Durante la navegación las guardias serán durante las 24 horas, en turnos de 3 horas cada 12. Cada guardia tendrá un capitán con experiencia y deberemos avisar al siguiente turno con 15 minutos de antelación. Otra norma fundamental: hay que dejarles café recién hecho en el termo.

Green Turtle Cay

A estas alturas el viento arrecia, pero siguiendo el plan previsto, a las 12:00 a.m. en punto Nuño se coloca en el puente de mando y empieza a dar órdenes. El catamarán de Oceana maniobra despacio y se dirige unos metros más allá, para repostar combustible. Brendal y Willis, dos de nuestros guías locales, vienen para despedirse. El viento adquiere ya matices preocupantes y todos dirigimos nuestras miradas hacia Nuño. ” Vamos a esperar unas horas, a ver si amaina. Con un viento de 30 o 35 nudos como el que tenemos ahora es desaconsejable intentar despegar el Ranger ‘ aconchado ’ contra el muelle del gasoil. Además hemos oído que hay un barco que ha embarrancado en mitad del canal “. Esta vez son los elementos los que retrasan los planes de la Expedición Transoceánica. Mientras escribo, Sole ayuda a Indi a hacer una ensalada de lechuga y tomate, de las de toda la vida. ” ! Lunch is ready ! ” ( la comida está lista ). Y como no podemos hacer otra cosa, engullimos con placer la ensalada de ” mama Indi “.

Por fin, a las 4:40 p.m del domingo 1 de mayo el Ranger larga amarras y emboca hacia el canal de salida de Green Turtle Cay. Mientras nos desplazamos suavemente, le pregunto a Nuño si las maniobras están siendo igual de complicadas que cuando entramos aquí. ” Afortunadamente hay menos barcos fondeados y, además el canal ya lo conocemos de cuando entramos “. Dejamos atrás el cartel que nos daba la bienvenida cada día, cuando volvíamos al catamarán tras intensas sesiones de buceo. El barco de Oceana se despide también de los manglares que nos acompañan a ambos lados del canal. Adiós, Isla de Abaco. Adiós ” baja mar “. Adiós Bahamas.

El Ranger reemprende su travesía, ahora rumbo hacia el Mar de los Sargazos.