Overview
Durante décadas, las subvenciones pesqueras de la UE han estimulado el crecimiento de la flota comunitaria hasta hacerla entre dos y tres veces mayor de lo que el océano puede soportar de forma sostenible, generando así sobrecapacidad de la flota y mares con sobrepesca. Además, la gran mayoría de las flotas europeas son deficitarias y no podrían operar sin subvenciones de los Estados Miembros.
Según el Banco Mundial y la FAO (“The Sunken Billions”, 2008), la pesca marítima pierde cada año 50.000 millones de dólares a nivel mundial, cifra que se podría revertir en beneficios si se aplicasen medidas de gestión adecuadas. En la misma línea una publicación científica liderada por el Dr. Rainer Froes (“Rebuilding fish stocks no later than 2015: will Europe meet the deadline?”, 2010) señala que las capturas podrían ser casi un 80% superiores si la gestión fuese sostenible.
Oceana difundió un estudio en 2011 en el que estimaba que el gasto total en subvenciones al sector pesquero ascendía a 3.300 millones de euros en 2009. Esta estimación es tres veces mayor que la cantidad que suele citarse en los datos públicos. En 13 países, las subvenciones superaban al valor de las capturas pesqueras.
En 2013, Oceana difundió otro estudio, esta vez acerca de las ayudas de Estado, las subvenciones ocultas que los Estados Miembros distribuyeron a sus flotas entre 2000 y 2013. Su valor total estimado era de 4.900 millones de euros, de los que solo el 1% fue identificado por Oceana como subvenciones beneficiosas para el medio marino.
Oceana pide a la UE que ponga fin al círculo vicioso de la sobrecapacidad y la sobrepesca. La Unión Europea debería dejar de dar subvenciones medioambientalmente dañinas o que aumenten la capacidad, y prestar apoyo financiero a la protección del medio mediante la creación de áreas marinas protegidas, el aumento del control pesquero y la investigación científica.