Report | mayo 27, 2010

Pecios como arrecifes artificiales

La utilización de buques para la creación de arrecifes artificiales ha sido una práctica muy generalizada en algunos países; principalmente, Estados unidos, Canadá, Japón, Australia o Nueva Zelanda.

En la mayoría de los casos, estos pecios hundidos intencionadamente han sido destinados como atractivo turístico para el submarinismo. En otras ocasiones, se ha combinado su función recreativa con la de regeneración artificial en zonas deterioradas, propiciando estructuras sobre las que pudieran desarrollarse animales, plantas y comunidades que necesitan sustratos duros para su fijación. Esta práctica ha estado llena de sombras y luces, ya que, en algunas ocasiones, los pecios utilizados no tenían las características más óptimas para estos propósitos por no haber sido propiamente limpiados de componentes tóxicos o por ser situados sin ningún tipo de criterio ambiental. Tampoco existe un consenso científico sobre las ventajas que pueden ofrecer desde un punto de vista de recuperación del medio ambiente deteriorado, puesto que en muchas ocasiones no se ha realizado un seguimiento del impacto, ya sea positivo o negativo, que estas estructuras ofrecen.

La mayoría de los estudios sí han demostrado un incremento de biomasa en las zonas donde se han depositado arrecifes artificiales. Algunos han dado cifras de volúmenes de fauna hasta 35 veces superior a las encontradas en fondos circundantes. Un reciente estudio sobre pecios localizados a diferentes profundidades en el Golfo de México demostró que estas estructuras podían ser colonizadas por especies tan amenazadas e interesantes como los corales de profundidad de los géneros Lophelia y Oculina.

En los últimos años, se han mejorado los parámetros ambientales, como la eliminación de compuestos tóxicos o zonas que tenían un potencial de contaminación del medio, el estudio bentónico de la zona donde se pretendía situar el pecio o la utilidad que podía ofrecer. De este modo, muchos de los nuevos pecios han seguido criterios ecológicos más estrictos y han compaginado varias funciones; turísticas, recreativas, ambientales y científicas.