Report | abril 28, 2010
La belleza de la bestia. Elasmobranquios en Europa: situación actual y futura
Los tiburones constituyen una de las creaciones más exitosas de la naturaleza. Hace más de 400 millones de años que habitan nuestros océanos y han sobrevivido a varios eventos de extinción para, al fin, convertirse en depredadores perfectamente adaptados al medio marino. Los primeros tiburones tenían un aspecto muy diferente al de los tiburones modernos, pero siempre han tenido una ventaja estratégica con respecto a susrivales: una forma corporal hidrodinámica y un esqueleto flexible compuesto por cartílago.
Las más de 1.000 especies existentes de tiburones y rayas, peces guitarra, peces sierra y especies afines (el grupo de peces cartilaginosos que colectivamente se conoce como elasmobranquios) presentan una increíble variedad de formas y tamaños y viven en cualquier tipo de medio marino, desde cálidos arrecifes coralinos costeros hasta oscuras y frías profundidades oceánicas. Las aguas europeas albergan casi 140 especies de elasmobranquios.
Los tiburones disponen de características biológicas únicas y complejas además de un sistema sensorial extremadamente sofisticado. Por lo general, los tiburones son de crecimiento lento, tienen poca descendencia y son longevos. Las espectaculares imágenes del ataque de un tiburón y la captura de su presa es sólo la última etapa de un largo proceso de detección y persecución en el que el animal saca el máximo partido a cada uno de sus desarrollados sentidos.
Los tiburones son cruciales para mantener la salud y el equilibrio de las comunidades marinas. Como superpredadores, moldean directa e indirectamente los componentes de flora y fauna del ecosistema. La desaparición de estos animales puede desestabilizar la cadena trófica y provocar muchos impactos ecológicos negativos en las estructuras y las funciones de las comunidades. De hecho, el descenso de las poblaciones de tiburones ya está alterando algunos ecosistemas marinos en ciertas partes del mundo.
Según la Lista Roja de Especies Amenazadas de la IUCN, más del 20% de las poblaciones de elasmobranquios de todo el mundo, y más del 30% en Europa, están amenazadas de extinción. Los grandes descensos de las poblaciones de tiburones se deben principalmente a la sobreexplotación pesquera, ya que los tiburones forman parte de la pesca objetivo e accidental en diferentes artes de pesca, incluyendo redes de enmalle, cercos, palangres y arrastre, y de pequeñas barcas artesanales y gigantes embarcaciones industriales.
Las características biológicas específicas de los tiburones los hacen extremadamente vulnerables a la explotación pesquera y muchas poblaciones no se pueden recuperar al mismo ritmo al que son explotadas. Existen pruebas que demuestran que los tiburones están desapareciendo a una velocidad sin precedentes en todo el mundo y, de hecho, algunas especies ya han empezado a extinguirse en el ámbito local.
En 2006 se declaró una captura mundial de más de 750.000 toneladas de elasmobranquios, pero los cálculos basados en el mercado de aletas de tiburón revelan que las capturas reales podrían llegar a ser cuatro veces superiores. La Unión Europea es la segunda potencia más importante del mundo con respecto a captura de tiburones y España da cuenta de casi la mitad de sus capturas, además de ser el centro europeo de la pesca y el comercio de tiburones.
Los tiburones se capturan principalmente por sus valiosas aletas, que pueden llegar a costar 500 €/kg en algunos mercados y su gran demanda puede provocar lo que se denomina como shark finning, una práctica cruel y derrochadora en el que se corta las aletas del tiburón y arrojan al agua el cuerpo muerto o moribundo. También se pescan tiburones por su carne, su hígado y su cartílago. La pesca de tiburones sin límite, los inexistentes o laxos regímenes de gestión de pesca, el comercio sin control de los productos derivados del tiburón, la destrucción del hábitat y la contaminación amenazan a los tiburones en todo el mundo.
La conservación de los tiburones se ve obstaculizada por la falta de voluntad política, los vacíos que existen en el conocimiento científico y la imagen negativa que tiene la sociedad de estos animales. La reforma de las leyes de gestión de pesca y la protección de las especies amenazadas son las mejores vías para proteger a los elasmobranquios. Una concienciación mayor de la sociedad y el cambio de la opinión pública también son imprescindibles para velar por la supervivencia de los tiburones.