Report | noviembre 25, 2020
España: Buceando entre plásticos
En las aguas españolas se puede encontrar una extensa variedad de figuras geomorfológicas como cañones, escarpes, pockmarks, montañas submarinas y arrecifes, entre otras. Esta amplia representación de geohábitats, además de funcionar como oasis de vida marina, actúa como trampas de plástico o sumideros.
Las aguas profundas son zonas particularmente vulnerables al impacto de la basura marina, ya que la ausencia de luz solar y agentes erosivos, además de las bajas temperaturas, ralentiza considerablemente su tiempo de degradación. En aguas someras, los plásticos alteran el medio y causan daños irreparables durante decenas de años e incluso siglos antes de convertirse en microplásticos, pero en los ecosistemas de profundidad la situación se agrava: el daño perdura más tiempo, ya que los plásticos tardan mucho más en degradarse.
Estos datos resultan todavía más alarmantes teniendo en cuenta el vínculo ineludible de España con los mares y océanos que la rodean. De hecho, el país cuenta con el doble de superficie marina (1.008.400 km2 ) que terrestre, y actividades como la pesca, la construcción naval y el turismo de costa lo sitúan en el podio de las economías azules de la Unión Europea, según detalla un informe de la Comisión Europea. Es decir, actualmente España y su actividad económico-social no se entiende sin una relación directa con el mar y sus recursos.