Report | mayo 31, 2010
Cuotas pesqueras basadas en la información científica y no en intereses nacionales o particulares
El continuo empeoramiento de los caladeros del Atlántico Nordeste demuestra el fracaso estrepitoso de la gestión pesquera de los países de la Unión Europea durante décadas. Si ya eran pesimistas las evaluaciones que realizó ICES durante 2003 de la mayoría de las especies comerciales capturadas por las flotas europeas, el panorama que representa en el último informe de 2004 es aún peor, salvo para casos muy concretos (buena situación de algunos stocks de cigala en las zonas del norte o ligeras recuperaciones de poblaciones de eglefino).
El compromiso de la UE con conseguir una pesca responsable y sostenible reflejada en la Nueva Política Común de Pesca, debe empezar de una vez por todas a ser el motor de la gestión pesquera.
Dado que los múltiples estudios científicos aconsejan el cierre de pesquerías o reducciones drásticas en las capturas, estas medidas tendrán fuertes consecuencias para un gran número de pescadores y empresas que dependen de estos recursos. Pero esto no puede ser motivo para retrasar aún más la puesta en marcha de medidas que permitan la recuperación de los stocks y la protección del medio ambiente marino, ya que en caso contrario se podría llegar al colapso de muchas pesquerías con unas repercusiones sociales, económicas y ambientales muchísimo más duras.
Oceana quiere mostrar su apoyo a las propuestas y consejos realizados por los científicos y la Comisión para conseguir reducciones importantes en el esfuerzo de pesca y recomienda una fuerte política orientada a hacer recaer la mayoría de estas medidas en las artes de pesca más agresivas, destructivas y derrochadoras que usan las flotas de la UE, con especial atención al arrastre de fondo, para el caso de especies demersales, y al arrastre pelágico para las pelágicas.