Report | noviembre 22, 2011
Areas marinas protegidas: una herramienta para combatir la sobrepesca y conservar los ecosistemas marinos
Los océanos y mares de todo el planeta se encuentran en una situación comprometida. La pesca abusiva y la contaminación, entre otros factores, han llevado al medio marino y sus recursos a un estado de sobreexplotación y degradación sin precedentes. Para revertir esta situación, uno de los mecanismos más utilizados por parte de los organismos y administraciones competentes es la creación de áreas marinas protegidas (AMP). En su origen, estas AMP se constituyeron con fines de ocio, aunque más recientemente, desde hace dos décadas, se utilizan como una herramienta para prevenir la degradación de los hábitats y la sobrepesca de los recursos vivos marinos1. Tras años de experiencias de protección y ejemplos de buena gestión, son reconocidos y demostrables los beneficios generados por estas áreas, tanto a nivel ecológico como económico.
Bajo el nombre genérico de AMP existen diferentes figuras de protección. En el caso del Estado español y en las Illes Balears concretamente, la principal figura de protección que cuenta con una gestión pesquera es la de reserva marina (RM), que se caracteriza por ser “…zonas que por sus especiales características se consideren adecuadas para la regeneración de los recursos pesqueros” y “…áreas marinas donde se limita de una forma u otra la explotación de los recursos marinos vivos, bien para incrementar el alevinaje y fomentar la proliferación de las especies marinas objeto de explotación, o bien para proteger ecosistemas marinos con características ecológicas diferenciadas”.