Gestionemos las pesquerías

 

Le GuilvinecEl sector pesquero requiere una regulación integral en función de la capacidad del medio para producir recursos, para evitar su sobreexplotación y promover una pesca sostenible con futuro. 

La creación de áreas marinas protegidas facilita la adopción de medidas para la gestión del sector pesquero mediante el establecimiento de pesquerías, cuotas y artes de pesca adecuadas a las características físicas y biológicas de cada zona. Además, los avances científicos y tecnológicos permiten gestionar nuevas actividades.

La pesca de arrastre  destroza la base que sostiene la vida en el océano de la que dependen muchas especies de peces y otras formas de vida; el hábitat que les proporciona alimento y protección.

Los arrastreros industriales -barcos que arrastran pesadas redes por el fondo marino- además de peces capturan todo lo que encuentran a su paso, arrasando el fondo del mar y arrancando y destrozando hábitats de esponjas y corales de profundidad que pueden tardar siglos en recuperarse.

La pesca industrial a gran escala daña los ecosistemas marinos y devasta las poblaciones de peces, para obtener beneficio a corto plazo mientras arruina a las comunidades pesqueras tradicionales en todo el mundo. Aunque suponen sólo un 10% de la flota total europea, los arrastreros producen la mayoría de las capturas de las especies más amenazadas, así como de los descartes y las capturas accidentales,  y provocan el colapso de los stocks pesqueros y grave daño a los delicados ecosistemas marinos.

Las actividades de los arrastreros europeos no están restringidas a aguas de la Unión Europea. Un importante número de arrastreros comunitarios operan por todo el mundo y faenan tanto en aguas territoriales de terceros países como en alta mar. De hecho, la flota de arrastre continúa expandiendo su actividad a zonas más profundas a medida que  los métodos de pesca son más sofisticados y los caladeros tradicionales se agotan.

La regulación 2371/2002 de la Política Pesquera Común, actualmente en revisión, compromete a la Unión Europea a proteger el medio ambiente marino y a reducir los impactos de la pesca en sus ecosistemas. Oceana considera que deben tomarse importantes medidas encaminadas a conseguir ese compromiso y reducir los impactos que causa la flota de arrastre de la Unión Europea.

Como parte de la campaña para frenar la destrucción que provocan las técnicas de arrastre, Oceana presiona a los países de la Unión Europea para que protejan las áreas  marinas más vulnerables, tales como los arrecifes de coral, las montañas submarinas, los maërls, los praderas de fanerógamas, etc.