Tortuga carey (Eretmochelys imbricata)
Las tortugas carey están en peligro de extinción y figuran como especies “En Peligro” en la Directiva de Hábitats y el Convenio de Barcelona. La principal amenaza para la recuperación de esta especie es la captura y matanza de estos ejemplares por su valioso caparazón, que se utiliza para hacer pinzas de pelo, peines, joyas y arte decorativo.
Aunque el comercio legal internacional de los caparazones de tortugas carey fue prohibido en 1994, Cuba ha presionado recientemente para reabrir su mercado.
En todo el mundo se siguen capturando tortugas carey En el Pacífico, la matanza intencionada de tortugas marinas es un problema importante en Samoa Americana, el territorio de Guam, la República de Palaos, las Islas Marianas del Norte, Micronesia y las Islas Marshall. En varios países americanos aún se permite su captura, como en las Islas Vírgenes Británicas, las Islas Caimán, Cuba, Haití y las Islas Turcas y Caicos. Aunque la matanza de las tortugas carey y la captura furtiva de sus huevos son ilegales en la República Dominicana y Jamaica, sus productos se siguen comercializando.
Estas capturas repercuten en la presencia de esta especie en aguas europeas, ya que es altamente migratoria, y se suman por tanto a los peligros que corren en aguas Mediterráneas.