Más información: Cercenamiento de aletas de tiburón

 

Shark finsLa sopa de aleta de tiburón fue hace tiempo una exquisitez disponible sólo para los ricos, pero debido a la creciente clase media, es ahora un manjar habitual en bodas, banquetes y reuniones de negocios. Un cuenco de sopa puede costar hasta $100 americanos, por lo que las aletas son una de las partes del tiburón que reportan más beneficio.

Como la carne del tiburón no es tan buena como la de otros peces y sus cuerpos abultan mucho y quitan espacio de cargamento, las aletas frecuentemente se cercenan. Durante el proceso de cercenamiento, se sube el tiburón a cubierta y se le cortan las aletas. El tiburón se vuelve a tirar al agua, en ocasiones aún vivo, para que se desangre y muera. Esta brutal práctica también es increíblemente derrochadora: tan sólo se utiliza entre el 1 y el 5% del peso del cuerpo del tiburón, y se elimina una fuente de alimento esencial para muchas personas.

Además, sin las aletas no se puede identificar a muchos tiburones, lo que dificulta aún más su gestión pesquera. Se calcula que cada año se cercenan entre 26 y 73 millones de tiburones, todo por un insípido producto que no es más que el “ala de un pez” y que tan sólo sirve para dar un poco de consistencia a un caldo.