Impacto del cambio climático
Acidificación: Las mayores cantidades de dióxido de carbono absorbidas por los océanos están modificando su composición química y acidificándolos. Esto supondrá una catástrofe para los arrecifes coralinos y los crustáceos y moluscos, ya que tendrán dificultades a la hora de crear sus esqueletos y conchas. Los esqueletos y las conchas de animales como el caracol marino y las ostras podrían disolverse si las condiciones son excesivamente ácidas.
Subida del nivel del mar: En 2006, se perdió la primera isla habitada como consecuencia de la subida del nivel del mar. La isla de Lohachara, que albergaba unas 10.000 personas, se hundió bajo la superficie del golfo de Bengala. Esta isla india estaba situada en una zona llamada Sundarbans, donde viven unas 70.000 personas en una docena de islas que se enfrentan al mismo destino que el de Lohachara. De las 102 islas de las Sundarbans indias, sólo 54 siguen siendo habitables. Los habitantes de Lohachara se convirtieron en los primeros refugiados del calentamiento global del mundo, y muchos de ellos aún siguen sin hogar o han sido reubicados en islas cercanas que probablemente corran la misma suerte. A diferencia de los habitantes humanos de la zona, es poco probable que su fauna única, entre la que se encuentran 400 tigres de Bengala (especie que se encuentra en peligro), sobrevivan a las mareas.
La subida del nivel del mar está causada tanto por el calentamiento de los océanos como por el derretimiento del hielo. Cuando el agua se calienta por encima de los 4°C, se expande mediante un proceso conocido como “expansión térmica”. El calentamiento global hace que los océanos se calienten y se expandan y, por lo tanto, que suba su nivel. El derretimiento de los glaciares, los casquetes polares y las capas de hielo de Groenlandia y la Antártida –cuyo derretimiento se ve exacerbado por una temperatura más cálida del agua– también contribuye a la subida del nivel del mar.
Se ha afirmado que el nivel del mar podría subir entre 18 y 59 cm a finales de este siglo. Estos cálculos son algo conservadores, ya que no incluyen todos los efectos del derretimiento completo de las capas de hielo de Groenlandia o la Antártida Occidental.
Los científicos han previsto que para el año 2080 millones de personas podrían sufrir las consecuencias de inundaciones y que, además, cientos de millones más se verían obligadas a desplazarse por la subida del nivel del mar. Islas como Maldivas podrían desaparecer del mapa para siempre y las grandes franjas de zonas bajas podrían quedar inundadas. La subida del nivel del mar inundará países desarrollados y en vías de desarrollo por igual. Incluso algunas de las ciudades más importantes y pobladas, como Nueva York, Londres y Bangkok, podrían verse afectadas por inundaciones graves.
Alteración de la cadena alimenticia : Las altas temperaturas del océano y el aumento de la cantidad de agua dulce de los casquetes polares y los glaciares derretidos pueden provocar una alteración en los patrones climatológicos y en la cadena alimentaria marina.
El movimiento del agua a través de los océanos es muy importante porque transporta calor y nutrientes por todo el globo. Las temperaturas suaves de Inglaterra, que está en la misma latitud que Canadá, se deben al calor que el agua libera a la atmósfera cuando va del trópico al Ártico. El agua se mueve por el planeta a través de una gran cinta transportadora oceánica; cuando el agua cálida de la superficie se aleja del trópico, se refresca y libera su calor a la atmósfera subiendo las temperaturas de algunas partes de Europa. Cuanto más al norte llega el agua, más fría y pesada se vuelve, hundiéndose finalmente en el nivel más bajo de la cinta transportadora. Esta agua más fría va a las profundidades del océano, donde recoge los nutrientes.
Mientras el viento mueve las capas superiores de los océanos, las aguas profundas son llevadas a la parte superior en “puntos de afloramiento”. Estas zonas son importantes lugares de alimentación para el fitoplancton (plantas microscópicas que flotan en las aguas poco densas de la parte superior del océano). El fitoplancton se alimenta de los nutrientes que proceden de las aguas profundas del océano y muchas otras especies a su vez se alimentan de él. Son los productores primarios del océano y conforman la base de muchas cadenas alimentarias marinas.
El agua dulce es menos densa que la salada. Por lo tanto, añadir cantidades significativas de agua dulce procedente de casquetes polares y glaciares derretidos puede dificultar el hundimiento del agua fría y menos salina y provocar una ralentización de la cinta transportadora oceánica. Debido a este proceso, los inviernos serían más fríos en Europa Occidental, alterando la circulación de nutrientes vitales para el fitoplancton. El fitoplancton también puede verse privado del suministro de alimentos al aumentar la temperatura de la superficie. Una disminución del fitoplancton puede conducir a un colapso de las cadenas alimentarias marinas y afectar así a los mamíferos marinos (ballenas, focas y delfines), aves marinas (albatros) e importantes especies de peces comerciales (bacalao, salmón y atún).
Agotamiento de los ecosistemas marinos: Los científicos predicen que muchos ecosistemas se verán muy alterados o desaparecerán como consecuencia del calentamiento global. La propagación de enfermedades aumentará, ya que los climas más cálidos propician entornos para la proliferación de agentes transportadores de enfermedades. Algunas especies se trasladarán a zonas más frías en un intento de evitar las temperaturas más cálidas, pero esas migraciones forzadas provocarán que los elementos interconectados dentro de los ecosistemas acaben siendo vulnerables o se desmoronen. Las especies que no sean capaces de trasladarse o que se encuentren sin comida porque sus fuentes de alimento se han trasladado se extinguirán. Los expertos sugieren que una cuarta parte de las especies estarán amenazadas de extinción en el año 2050. Es probable que cuando las especies se vean forzadas a marcharse de sus hábitats, las plagas y las especies invasoras ocupen su lugar, lo que alterará aún más los ecosistemas.
El futuro de muchos ecosistemas marinos tal como los conocemos es incierto, ya que, debido al cambio climático, disminuirá su capacidad de enfrentarse a otras amenazas, como la sobrepesca y el arrastre de fondo, lo que podría conducir a su destrucción.
Tormentas más violentas: Las previsiones científicas prevén un incremento del grado de intensidad de las tormentas tropicales (huracanes, tifones y ciclones), paralelo al aumento de las temperaturas globales
Las elevadas temperaturas de la superficie aumentan la cantidad de humedad en la atmósfera, que actúa como generador de fuertes temporales. Cuando un sistema de temporales converge, empieza a rotar, formando una tormenta tropical. Al moverse en mar abierto, las tormentas tropicales recogen energía de la superficie caliente del océano y se vuelven más potentes. Cuanto más calor hay en la superficie del océano, más energía disponible hay para crear vientos y fuertes lluvias.
En la década de los setenta el número medio de huracanes de categoría 4 y 5 fue de unos diez al año. A partir de 1980, el número subió a 18, un aumento que se atribuye a las temperaturas más cálidas de la superficie del mar.