Oceana recuerda que existen informes científicos oficiales que recomiendan la protección del este de Cabrera

Contrariamente a lo que afirma el Secretario General de la Federación Balear de Cofradías de Pescadores , no son solamente las investigaciones de Oceana las que muestran la presencia de hábitats protegidos por la ley.

Press Release Date: agosto 27, 2013

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Tras las declaraciones de Antonio Garau, en las que afirma que la propuesta del Ministerio de Agricultura “carece de ningún informe ni estudio científico oficial que recomiende la protección del Fort d’en Moreu”, Xavier Pastor, Director Ejecutivo de Oceana en Europa, ha recordado que existen informes científicos que certifican la presencia de hábitats protegidos en el Fort d’en Moreu.

El más relevante es el elaborado para la Conselleria de Medi Ambient,  por cuatro de los técnicos más prestigiosos en temas de naturaleza de las Baleares, todos ellos funcionarios de la Administración Central o Autonómica: Enric Massutí (Instituto Español de Oceanografía), Enric Ballesteros (CSIC), Joan Mayol y Antoni M. Grau (ambos de la Conselleria de Agricultura i Medi Ambient del Govern Balear).

El informe, titulado  “Propuesta Técnica para la Ampliación del parque Nacional de Cabrera” describe que “estudios recientes han localizado fondos profundos con interesantes formaciones de coralígeno, bosques de laminarias y mäerl en las proximidades del parque, en especial en el denominado Fort d’en Moreu”.

“Ante las imágenes tomadas por los robots de Oceana y las evidencias presentadas por científicos y técnicos de cuatro instituciones públicas, el Gobierno Central no tiene otra opción de hacer efectivo el decreto de prohibición de la pesca de arrastre sobre estos hábitats protegidos por la legislación española y europea. Continuar sin hacerlo después de seis años desde la promulgación de esas normativas constituiría una grave irresponsabilidad, que podría acarrear consecuencias legales para la administración española”, ha afirmado Xavier Pastor.

Según el director de Oceana, el Secretario General de la Federación Balear de Cofradías de Pescadores  tampoco se ajusta a la verdad cuando estima que “la propuesta de protección marina al Este de Cabrera dejaría en el aire a treinta barcas de arrastre que ocupan una 150 personas”. Pastor afirma que en realidad, en el Fort d’en Moreu faenan exclusivamente cuatro arrastreros con base en cala Figuera.

Oceana ha reclamado de la Administración que compruebe la potencia de los motores de estos barcos, ya que existe la sospecha de que  algunos de ellos disponen de motores que duplican y hasta triplican los 500 CV que permite la legislación, con lo que su impacto se multiplica. Pero incluso para estos barcos la protección del Fort d’en Moreu no tendría efectos negativos. De nuevo según el informe de los técnicos de las instituciones de la Administración, el cumplimiento de la normativa existente “potenciará a medio plazo los beneficios sobre los recursos explotados por la flota de artes menores y también favorecerá la pesca de arrastre en sus inmediaciones”.

Según el informe, la propuesta no elimina totalmente el espacio en donde se puede practicar el arrastre al este de Cabrera. Estos barcos, y siempre según este documento, podrían desplazar su actividad a pesquerías de talud, como han hecho otras cofradías. “Esta flota tiene una alternativa frente a la zona en la que se impondría una restricción de actividad que por otra parte resulta inminente al aplicarse el decreto que prevé suprimir el arrastre sobre este tipo de fondos.”

Los técnicos de la administración no solamente indican en su informe la necesidad, ecológica y legal, de proteger el Fort d’en Moreu, sino que describen los daños producidos por la pesca de arrastre en la zona: “En la práctica, la pesca de arrastre de fondo es, a día de hoy, la principal, por no decir la única amenaza conocida para esta área, no teórica sino muy real y creciente, dado que la tecnología que año tras año se implanta en los pesqueros permite acceder a fondos de gran rugosidad y biodiversidad, inalcanzables hace menos de diez años, mientras que la aplicación del reglamento europeo sigue pendiente.”

Informe en catalán y traducción al castellano