Oceana reclama una gestión a largo plazo para la chirla del Golfo de Cádiz
La reducción de esfuerzo y flota es esencial para garantizar el futuro de la especie y del sector, aunque la Orden aprobada por la Junta de Andalucía es insuficiente.
Press Release Date: julio 11, 2011
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Oceana reclama la necesidad de reducir el esfuerzo pesquero sobre la chirla (Chamelea gallina) para lograr la plena recuperación de la especie y asegurar el futuro del sector pesquero que depende de ella en el Golfo de Cádiz. La reapertura de la pesquería ha demostrado ser un error, ya que el caladero se encuentra al 40% de su capacidad, según la propia Consejera de Agricultura y Pesca.
“El hecho de que la Consejería haya cedido a las presiones del sector y haya autorizado la pesca de 200 kg al día es un paso atrás en la recuperación de la población de chirla”, considera Ricardo Aguilar, Director de Investigación de Oceana Europa. “Por el contrario, la nueva Orden, aprobada el pasado 1 de julio, sí representa un avance en la gestión sostenible de la pesquería, aunque debe ir acompañada de medidas de control para la actividad ilegal y seguimiento del estado de la especies”.
La recuperación de la chirla en el Golfo de Cádiz debe pasar por una reducción del esfuerzo. Para ello la Junta de Andalucía ha planteado una reducción del 8% del las dragas hidráulicas hasta 2013 y un incremento de la talla mínima, entre otras medidas. Pese a ello, la aplicación debe ser rigurosa e ir acompañada de un control estricto que impida la actividad ilegal, ya que ha sido uno de los causantes del declive de la especie, junto con sobrecapacidad de la flota.
“La presencia de 96 dragas hidráulicas y 13 rastros, más 31 embarcaciones que también pescan otras especies, es claramente un exceso para la pesca de la chirla, además de ser insostenible para los valiosos hábitats presentes en el Golfo de Cádiz. Por ello, la reducción del 8% debe ser un primer paso hasta equilibrar la flota con el estado de la población de este bivalvo”, afirma Enrique Pardo, científico marino de Oceana.
Los estudios científicos demostraron en 2010 que la especie había sufrido un fuerte retroceso, hecho que motivó el cierre de la pesquería durante siete meses. Pese a que la población no se encuentra plenamente recuperada, se ha reabierto la pesquería, obteniendo como resultado escasez en las capturas y pequeño tamaño. Además, las condiciones climatológicas de este año pueden haber afectado al reclutamiento y situar a la especie nuevamente en riesgo, si no se toman las mediadas oportunas para su gestión.
Oceana recuerda que la pesca de la chirla se ha realizado históricamente de forma artesanal, con el uso de los rastros, y que no es hasta 1998 cuando aparece la draga hidráulica en el Golfo de Cádiz procedente de Italia. Este método de marisqueo desde embarcación es poco sostenible, ya que remueve y arrastra el fondo marino a muy poca profundidad e impide el crecimiento de plantas y organismos anclados al fondo.