Oceana da un suspenso a 2010 como Año Internacional de la Biodiversidad
Compromisos no cumplidos o pospuestos para los océanos han protagonizado reuniones importantes como la del Convenio de Diversidad Biológica, la Cumbre del Clima o la aplicación de la red Natura 2000.
Press Release Date: diciembre 20, 2010
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Oceana lamenta que el Año Internacional de la Biodiversidad no haya alcanzado su objetivo de frenar la pérdida de biodiversidad. Un compromiso tan relevante como la protección del 10% de la superficie marina para 2012, acordado por el Convenio de Diversidad Biológica, se ha pospuesto para 2020 en el COP10 de Nagoya, y los compromisos adquiridos en la Cumbre del Clima de Cancún son insuficientes para frenar la acidificación de los océanos. En la Unión Europea, la evaluación de la aplicación de la red Natura 2000 en el medio marino se ha determinado insuficiente para la gran mayoría de los casos y la gestión de las especies pesqueras está lejos de ser sostenible, aunque avanza lentamente en buena dirección.
“Los gobiernos están demostrando que se toman los compromisos y legislaciones ambientales con dudosa seriedad y que se posponen e incumplen leyes con impunidad,” afirma Ricardo Aguilar, Director de Investigación de Oceana. “Ya estamos padeciendo efectos como la escasez en la pesca o los derivados del cambio climático, y debemos ser estrictos para resolverlos”.
Los avances en la protección del medio marino durante 2010 han sido claramente insuficientes para frenar la pérdida de biodiversidad.
- La superficie marina protegida en Europa y España no alcanza el 1%, pese a los compromisos adquiridos mediante el Convenio de Diversidad Biológica de las Naciones Unidas, que fijaba la protección de un 10% de la superficie marina para 2012. El COP10 de este convenio ha pospuesto el objetivo para 2020. En este sentido, OSPAR tampoco ha cumplido con el propósito de crear una red coherente de áreas marinas protegidas para 2010; únicamente ha hecho un tímido avance.
- El COP16 de la Conferencia del Clima en Cancún no ha sido capaz de alcanzar unos compromisos de reducción de emisiones suficientes para frenar los efectos sobre los océanos. El cambio climático está provocando el fenómeno de la acidificación de los océanos, que afecta a toda estructura calcárea como los corales y las conchas de moluscos. El único método para frenar este impacto es la reducción drástica de las emisiones de CO2.
- La legislación europea fija 2012 como fecha para la creación de la red Natura 2000 en el medio marino, con la intención de garantizar la conservación de especies y hábitats prioritarios de la Unión Europea. Sin embargo, la evaluación en 2010 de la red en el Mediterráneo y Macaronesia (islas del Atlántico) ha sido valorada como insuficiente para la mayoría de especies y hábitats. Previamente ya se había calificado insuficiente en muchos casos para el Atlántico y Báltico.
- La Directiva Hábitats, principal legislación ambiental europea, tan solo recoge 16 especies marinas y 5 hábitats en sus anexos. Requiere, por tanto, una actualización e incorporación de especies inmediatamente. Además, la propuesta de actualización del Catálogo Español de Especies Amenazadas es insuficiente para proteger las especies marinas en peligro, ya que solo incluye 23 y sería necesario incluir 400 más.
Además, durante el Año Internacional para la Biodiversidad se produjo una de las mayores catástrofes con el vertido del Golfo de México, que ha afectado a miles de especies y hábitats marinos. El gobierno de Estados Unidos ha reaccionado a esta situación imponiendo una moratoria para la explotación, mientras que Europa continúa apostando por un desarrollo energético con alta participación de las energías fósiles e incrementando el número de plataformas off-shore.
La biodiversidad depende directamente del número de especies, que en los océanos europeos se está reduciendo de una forma alarmante. De hecho las especies pesqueras continúan con altos índices de sobreexplotación y sin entenderse como parte de la biodiversidad marina, por lo que se excluyen de los listados de protección.
La declaración de áreas marinas protegidas es una herramienta básica para la protección de la biodiversidad en los océanos. Por otro lado, es fundamental el incremento en la investigación marina. Iniciativas como el Censo para la Vida Marina o la Expedición Malaspina son esenciales para desarrollar medidas de gestión y conservación que garanticen el futuro de nuestros mares y los recursos de los que dependemos.