Oceana afirma que si se rechaza la declaración de impacto ambiental de Cairn no habría que pagar indemnización
El Gobierno ya calculó en 2013 que incluso si la DIA fuera positiva se podrían revocar los permisos abonando solo 410.000 euros, 10 céntimos por español.
Press Release Date: abril 7, 2014
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Oceana sostiene que la Administración no tiene por qué indemnizar a Cairn si la Declaración de Impacto Ambiental es negativa. El rechazo a este estudio significa que la actividad es incompatible con los valores ambientales documentados en la zona, por lo que no se trata de una decisión política sino científica. En consecuencia, la decisión debe basarse en toda la documentación existente y no solo en la facilitada por la empresa, que es parte beneficiada.
“No hay ni un solo estudio de impacto ambiental entre los presentados por las compañías que pretenden sondear aguas españolas que de verdad lo sea. Con la bibliografía científica existente y documentación obtenida por Oceana en las áreas afectadas, se demuestra que todos ellos eluden información sobre especies y hábitats amenazados que harían que la Administración rechazara automáticamente los permisos de actividades de hidrocarburos”, afirma Xavier Pastor, director ejecutivo de Oceana en Europa.
Oceana también rechaza las insinuaciones de que revocar permisos de investigación cause inseguridad jurídica, siempre que se indemnice según la ley. En el caso de Cairn, el Gobierno conoce desde el verano de 2013, antes de iniciarse el proceso de información pública, que la responsabilidad patrimonial de la Administración ascendería a 410.000 euros por revocar los permisos concedidos en el Golfo de Valencia, frente a Baleares. Este asunto, difundido ayer por el senador Francesc Antich, llegó al Congreso de los Diputados.
Oceana señala que la decisión de explotar hidrocarburos en mar abierto en vez de fomentar las energías renovables es política y, en cualquier caso, contraria a los objetivos de reducción de emisiones de la UE para 2030. La organización internacional de conservación marina recuerda que el mar facilita fuentes energéticas limpias, como la eólica, la mareomotriz o la undimotriz, que no incrementan las emisiones de CO2 y, si se instalan en lugares adecuados, tampoco dañan el medio.
“El medio marino y los recursos que alberga son públicos. Sin embargo, las compañías que los explotan son privadas y ni los beneficios económicos ni el crudo que extraigan tienen por qué quedarse en el país en el que operan”, indica Ricardo Aguilar, director de investigación de Oceana en Europa. “La única certeza es que las explotaciones de hidrocarburos generan contaminación antes o después, sean de petróleo o de gas, como se vio en el caso de la Deepwater Horizon en el Golfo de México”.
Respuesta del Gobierno: Solicitud de informe a la Administración del Estado Congreso