El año pasado, la Unión Europea (con el acuerdo del Parlamento, la Comisión y el Consejo) aprobó la Directiva impulsada por Oceana, por la que se sancionan los vertidos de hidrocarburos con importantes multas e incluso penas de cárcel para todos los resp
En relación al vertido de hidrocarburos que la semana pasado invadió el puerto de Palma de Mallorca, la organización de conservación marina internacional Oceana ha exigido que se aplique con contundencia la Directiva Europea correspondiente, en función de las características del vertido y de las circunstancias en las que se haya producido.
Esta organización llevó a cabo una campaña de investigación y presión hasta conseguir que se aprobase esta legislación europea que criminaliza estas situaciones, una vez que sus indagaciones les llevaron a descubrir que los vertidos intencionados por limpieza o deslastrado de tanques, por negligencia o por insuficiente mantenimiento de los buques, representaban un 75% de las descargas de petróleo a los mares de todo el mundo. Los graves accidentes como los del Prestige, el Erika o el Exxon Valdez, a pesar de su importancia y su espectacularidad, sólo son responsables de una cuarta parte de los hidrocarburos que contaminan los océanos. Los vertidos rutinarios que provocan una polución crónica de los mares debido básicamente al transporte marítimo, no reciben sin embargo, la atención de los medios de comunicación.
Oceana recuerda que la Directiva Europea establece que los vertidos de hidrocarburos ilegales, que se produzcan voluntariamente o por negligencia grave son una infracción motivo de sanciones criminales, por lo que podrán llevar aparejadas: fuertes multas; retiradas de subsidios y ayudas; prohibición de comerciar en Europa o, incluso, penas de cárcel para los armadores del barco, el capitán e incluso la compañia aseguradora del barco.
El propósito de la Directiva consiste en obligar a los Estados miembros de la Unión Europea a adoptar sanciones eficaces, proporcionadas y disuasivas, contra los responsables de vertidos contaminantes en el mar.
Según Xavier Pastor, director de Oceana para Europa “se debe reclamar que se siga adelante con una exhaustiva investigación que determine sin lugar a dudas el origen, las causas y los responsables del vertido, ya que la ley debe aplicarse con toda severidad”.
Según esta organización de conservación marina, hay numerosos datos en todo el mundo que ponen en evidencia la gravedad de este tipo de vertidos y sus consecuencias ambientales:
“Este vertido es una oportunidad para poner en práctica la Directiva Europea y cumplir con la legislación, no sólo por las consecuencias concretas de este caso, que ha afectado a 40 veleros del Real Club Náutico de Palma, sino por el impacto que estos vertidos tienen sobre la biodiversidad marina”, afirma Xavier Pastor. “Además, España fue uno de los países que más impulsó esta Directiva, y el primero en trasponerla a la legislación nacional, por lo que no tiene excusas para no aplicarla”.
Oceana ha presentado dos informes al Parlamento Europeo y a los ministros de Transportes (“La flota de la UE y la contaminación crónica de los océanos por hidrocarburos” y “La otra cara de las mareas negras”) en los que alerta del peligro para la salud y la vida marina de esta contaminación.